Érika Gándara salía cada mañana a patrullar el municipio de Guadalupe Distrito Bravo, sólo con la compañía de su fusil R15. Tras su desaparición, hace una semana, dejó “huérfana” a su tierra que se quedó sin policías, porque ella era la última que estaba en la corporación municipal de una de las zonas más violentas del país. Esta mujer de 28 años de edad no dejó rastro de su paradero, luego que un comando armado la sacó de su casa.
Guadalupe conforma junto al municipio de Práxedis la región conocida como Valle de Juárez, la cual colinda al oeste precisamente con esa ciudad y al norte con Texas, entidad estadounidense de la que se separa por el Río Bravo.
Érika, soltera y sin hijos, ingresó a la corporación en 2008.
Durante ese tiempo se desempeñó como radiooperadora y luego se convirtió en agente.
En junio de 2010, la mujer policía anunció su retiro de la corporación municipal por motivos de salud. Tres meses después regresó a su puesto junto al inicio de la administración del presidente municipal Tomás Archuleta, con quien tiene nexos familiares. El vocero de la Fiscalía General, Carlos González, reconoció que el operativo del Ejército y la Policía Federal no ha dado resultados en la búsqueda de Érika Gándara. Dijo que se desconoce si sigue viva, pero no se puede asumir que fuese asesinada.
Apenas tres días después del plagio de Érika, otro de sus parientes renunció súbitamente a su cargo: el ex diputado Gerardo Fierro Archuleta dejó “por motivos personales” la oficina de enlace del municipio de Juárez en el Valle. El Valle de Juárez, donde se encuentra el municipio de Érika Gándara, es considerado una zona estratégica para el trasiego de drogas hacia Estados Unidos.
Autoridades han reconocido que los traficantes introducen grandes cantidades de enervantes a través de cientos de brechas que existen de ambos lados de la frontera.
Según el INEGI, en 2005 la población en Guadalupe era de 9 mil 500 habitantes y en el censo de 2010 esta cantidad se redujo a 6 mil 400.
Desde 2008 la región está inmersa en una grave ola de violencia, en la que los homicidios, secuestros e incendios de viviendas o negocios se han vuelto parte de la cotidianidad.
