Los cuatro goles que ha conseguido y el aporte que ha tenido con el equipo es algo que tiene a gusto a Antonio López. (Jam Media)
México, Df .- Ser el centro delantero del América implica una gran responsabilidad, pero también trae fama y halagos, si las cosas se dan de forma positiva. Antonio López lo sabe, por lo que se refugia en sus seres queridos para no perder piso.
Con cuatro goles anotados en 417 minutos jugados dentro de la Primera División, el chico tiene motivos para sonreír y disfrutar el momento, aunque con mesura. En caso de que llegara la soberbia, hay quien se encargaría de aterrizarlo.
"Más que nada, mi familia es la que está atrás de mí. Me ha educado y enseñado muchas cosas", presume el espigado atacante. "Cuando me equivoco, es la que me hace ver que debo seguir trabajando, que no he logrado algo", señaló. "Apenas voy empezando y me falta mucho por aprender".
Las cuatro anotaciones que rubricó en lo que va del Bicentenario 2010 ya le permitieron igualar la mejor marca de Enrique Esqueda en un torneo corto, otro motivo que le genera alegría.
"Me siento contento, porque a pesar de que llevo pocos partidos se me han dado las cosas, he tenido buena productividad", asegura. "Sé que tengo que seguir trabajando y no quiero que ese sea mi límite. Quiero llegar a más y poder ayudar al equipo de esta manera".
Las ausencias de Salvador Cabañas y Esqueda le abrieron las puertas de la titularidad de forma intempestiva, aunque eso no quiere decir que le falte preparación para cumplir con el reto.
López recuerda lo importante que es forjar el carácter en la preparación del futbolista, por lo que no le espanta cargar con la ofensiva águila.
"Uno trabaja para eso, para estar en este club", sentencia. "Desde chico, te enseñan que hay presión". "No tanto el '9', sino en cualquier posición existe presión y hay que saber manejarla".