"Que ser valiente
No salga tan caro,
Que ser cobarde no
Valga la pena."
Joaquín Sabina
O sé qué inquieta más: si la violencia o los desplantes de valentía de nuestros funcionarios públicos ante la supuesta cobardía de los mexicanos frente a la violencia.
Este domingo 25 de abril el secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont, ofreció una conferencia de prensa sobre el tema de la violencia, a pesar de que mucho se nos ha insistido que hay poca violencia en México y la que hay es exagerada por los medios.
El viernes 23 seis agentes de la Policía Federal, un policía municipal y un civil murieron en una emboscada en la colonia Independencia II de Ciudad Juárez. También en Juárez un velorio en una vivienda particular fue atacado el sábado 24; murieron tres mujeres -"civiles", supongo- y 10 personas quedaron lesionadas en el ataque.
En la madrugada del sábado 24, por otra parte, la secretaria de Seguridad Pública de Michoacán, Minerva Bautista Gómez, fue atacada por un grupo de sicarios. Más de 2,400 balazos fueron disparados en contra del convoy en que viajaba. Ella salvó la vida por el blindaje de su camioneta, aunque se encuentra hospitalizada y ha sido reportada como grave. Dos de sus escoltas y dos civiles perecieron en el ataque. Once personas quedaron lesionadas.
En la conferencia de prensa que dio al día siguiente el secretario Gómez Mont ofreció un elocuente desplante de valentía: "Yo me siento a salvo porque me pongo enfrente, porque protejo a los míos... Esconderse, huir, temer, es estar siempre en peligro. El cobarde muere mil veces, el valiente una."
El secretario no es el único funcionario valiente en México. El pasado 24 de marzo el presidente Calderón cuestionó también a los cobardes: "No nos vamos a dejar dominar por una bola de maleantes, que son una ridícula minoría montada sobre el miedo, la corrupción o la cobardía de muchos durante mucho tiempo".
Efectivamente, hay muchos cobardes en este país. Gente que tiene miedo de salir a la calle para no figurar en ese 5 o 10 por ciento de "civiles" que han caído entre las 22 mil víctimas de ejecuciones que la propia Secretaría de Seguridad Pública reconoce en el actual sexenio. Hay cobardes también en Estados Unidos, funcionarios que han pedido a sus ciudadanos no viajar a México para no ser víctimas de la guerra que los mexicanos estamos peleando para su beneficio.
Basta ver la seguridad que rodea al presidente de la república para entender por qué no comprende la cobardía de los demás. Cientos, quizá miles, de soldados y policías garantizan cada presentación pública del mandatario. Las calles son cerradas para proteger sus movimientos. Quizá sea necesaria esta seguridad o la del secretario de Gobernación, pero no se vale cuestionar desde atrás la cobardía de la sociedad.
La propia secretaria de Sseguridad Pública de Michoacán puede sentirse a salvo. Ella pudo preservar la vida a pesar de haber sufrido un atentado en el que le dispararon más de 2,400 balas. Quienes ya no podrán jactarse de su valor son los dos escoltas y los dos civiles que murieron en el ataque. Tampoco los comandantes de Policía que, según una nota de Reforma, detuvieron su avance para no llegar a tiempo al ataque en contra de la secretaria Bautista.
Uno puede aplaudir o no la estrategia del gobierno en la lucha contra el narco. Lo que no se vale es presumir de valentía detrás de una protección que la mayoría de los "cobardes" no podemos tener.
PROBAR LA CULPA
Un artículo de primera plana del Washington Post registraba ayer la forma en que el Gobierno Federal detuvo con bombo y platillo a decenas de funcionarios públicos de Michoacán sólo para que quedaran libres después. Recalca también la negativa del Gobierno Federal a ofrecerles una disculpa, ya que a los funcionarios se les ha dejado en libertad "por falta de pruebas", pero "no por que hayan probado su inocencia". Y yo, ingenuo como Sabina, pensaba que en México el acusador debe probar la culpa y no el defendido su inocencia.