Al igual que en todo el país, en Durango dos temas acaparan la agenda ciudadana: la inseguridad pública y el desempleo. A 14 días de las elecciones para renovar la gubernatura, los ayuntamientos y el Congreso local de la entidad, las inquietudes de los electores no alcanzan a verse reflejadas del todo en las campañas de los candidatos. Pero, cualesquiera que sea el ganador, enfrentará un panorama sumamente complicado, tanto en el estado como en los municipios.
Según la encuesta realizada por la firma Covarrubias y Asociados para El Siglo de Torreón, la inseguridad y la delincuencia fueron mencionadas por 80 por ciento de los entrevistados como los principales problemas de la entidad, seguido por el desempleo, el cual fue señalado por el 66 por ciento. No causa extrañeza este resultado, puesto que en los últimos dos años, en el ámbito nacional estos han sido los temas dominantes debido a la creciente violencia desatada por la delincuencia y la hasta ahora fallida estrategia de contención del Gobierno Federal, y a la crisis económica mundial que ha impactado a nuestro país. Los efectos de ambos fenómenos se han dejado sentir en todos los estados, entre ellos Durango.
Lo que sí resulta extraño es la falta de claridad de los aspirantes a gobernador de las coaliciones con más posibilidad de triunfo en sus propuestas para hacer frente a ambas problemáticas, en lo que al Gobierno del Estado corresponde.
Los candidatos deberían ser conscientes que cada vez son más los ciudadanos que se sienten decepcionados del desempeño de sus gobernantes frente a la inseguridad y el desempleo.
En este sentido, la encuesta arriba citada arroja que para el 59 por ciento de la muestra la situación de la entidad está peor que hace un año, y el 19 por ciento opina que está igual de mal. Es decir, para el 78 por ciento de los entrevistados ven un panorama negro en Durango.
Esta realidad y la percepción que la sociedad tiene de la misma, exigen de quienes aspiran a gobernar el estado compromisos claros, propuestas frescas, proyectos viables y, sobre todo, una voluntad política, no mostrada hasta ahora, de verdadera coordinación y apertura con los demás niveles de gobierno para hacer frente a los enormes problemas que aquejan a la población.
No obstante, el bajísimo nivel demostrado por los candidatos en su campaña y en el supuesto debate del jueves 10 de junio, no deja mucho espacio para el optimismo.
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