Uno de los fenómenos ambientales que mayor impacto están teniendo en los sistemas naturales y en la organización de la sociedad a nivel planetario es el cambio climático, entendido como la alteración que se presenta en el clima a nivel global. Los expertos en la materia expresan que, en el marco de la historia de la Tierra, los cambios en el clima regularmente se han atribuido a causas naturales, pero también se afirma que las alteraciones recientes son provocadas por las actividades humanas realizadas durante las tres últimas centurias con el advenimiento de la revolución industrial.
Diversos estudios señalan que fenómenos como la presencia de ciclos más largos y severos de sequías en las zonas desérticas, o su contraparte las abundantes precipitaciones en las zonas tropicales, obedecen a la mayor cantidad de los denominados Gases de Efecto de Invernadero (GEI) incorporados en la atmósfera. Las emisiones de estos GEI, resultantes entre otras causas del uso de combustibles fósiles, han conformado una capa o cubierta de substancias retenidas en esa parte de la Tierra que impiden la salida de la radiación solar y aumentan la temperatura, con el consecuente calentamiento de la Tierra.
Tal situación ha generado una preocupación mundial por los impactos que está teniendo el cambio climático global en los ecosistemas y en las propias actividades humanas, misma que Naciones Unidas ha acogido y promovido diversas acciones que le contrarresten, tales como la Convención Marco sobre Cambio Climático, el Protocolo de Kioto y otros instrumentos que tratan de incidir en la reducción de los GEI entre los diversos países que les suscriben, entre los cuales se encuentra México.
Las investigaciones realizadas sobre los GEI indican que las fuentes, los tipos y cantidades emitidas, tienen responsables entre los distintos actores económicos en cada uno de los países, entre los cuales se encuentra el sector empresarial, particularmente aquellos que realizan actividades relacionadas con la generación y uso de energía, los procesos industriales, de transportación de bienes, producción silvoagropecuaria, entre las más importantes fuentes de emisiones de GEI. Esto ha conducido a que, si se pretende intentar revertir, remediar o contrarrestar los efectos que tienen las actividades que realiza este segmento de la población en los sistemas naturales y sociales, es necesario que se involucre en las acciones conducentes a tal fin.
Es en ese contexto que adquiere relevancia la iniciativa formulada por uno de los organismos empresariales de la Comarca Lagunera, la Canacintra, de involucrarse en la gestión que busque soluciones para enfrentar el cambio climático a nivel local mediante la integración de un Secretariado Técnico Regional que elabore un programa de acciones que nos permita adaptarnos a las condiciones que se nos están presentando, o de mitigar los efectos de este fenómeno en nuestro ámbito.
Esta iniciativa constituye un esfuerzo que impulsa dicha cámara empresarial mediante el cual se ha venido convocando a oficinas gubernamentales, organismos civiles y universidades, en una suma de voluntades y recursos, encabezados por Gerardo Ibarra, empresario local y anterior dirigente de la Canacintra Gómez Palacio, que ha mostrado sensibilidad sobre estos asuntos, expresando con ello el interés que tienen por reducir el impacto que sus actividades productivas tienen en el ambiente, y con ello mismo la huella ecológica que éstas provocan. Es por eso que la integración del Secretariado Técnico Regional debe verse como un ejercicio de gobernanza ambiental local que se adiciona a otros en los que también se observa esa diversidad de actores sociales, económicos y políticos, y que por consecuencia debe apoyarse desde el gobierno y la sociedad civil.
