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Los engaños opacan los logros en seguridad

JESÚS CANTÚ

El indiscutible éxito que representa la captura del narcotraficante Édgar Valdez Villarreal, alias La Barbie, pierde brillo ante las versiones contradictorias que emiten las autoridades involucradas en su detención. Las dudas crecen porque los antecedentes de Genaro García Luna, los condenan: pues hay evidencia irrebatible de que en el pasado ha recurrido a montajes o "recreación de escenarios" para tratar de magnificar sus logros.

En los últimos diez meses las autoridades mexicanas asestaron tres severos golpes a la delincuencia organizada mexicana. Primero fue la muerte de Alfredo Beltrán Leyva, el 15 de diciembre de 2009, cuando la Marina intentó detenerlo en un departamento en un conjunto residencial de Cuernavaca, Morelos; posteriormente, el 29 de junio de este año, efectivos del Ejército abatieron en su residencia en un fraccionamiento de Guadalajara, Jalisco, a Ignacio "Nacho" Coronel; y el 30 de agosto, la Policía Federal detuvo a Valdez Villarreal, en circunstancias todavía desconocidas.

El mismo lunes 30 de agosto, alrededor de las ocho de la noche, el presidente Felipe Calderón anunció vía Twitter la detención del capo, al enviar desde su Blackberry el mensaje: "La Policía Federal atrapó a La Barbie, uno de los criminales más buscados en México y en el extranjero. Continúa operativo sobre su grupo."

Posteriormente en un escueto boletín de prensa la Secretaría de Seguridad Pública, confirmó su detención y señaló: "...elementos de la Policía Federal capturaron este lunes a Édgar Valdez Villarreal en el Estado de México. Tras un trabajo de Inteligencia que inició en junio de 2009 y se desarrolló en diversos puntos del país..." Y unos minutos más tarde, el vocero del Gabinete de Seguridad Nacional, Alejandro Poiré, informó que había sido detenido en el municipio de Lerma, Estado de México.

Hasta aquí no había contradicciones, sin embargo, conforme empezaron a salir a los medios, el comisionado de la Policía Federal, Facundo Rosas, y el secretario de Seguridad Pública Federal, Genaro García Luna afloraron las versiones contradictorias.

Rosas señaló: "Estaban estacionándose, (es) en ese momento cuando se lleva a cabo la detención... en el momento preciso con el estado de fuerza preciso y en el espacio preciso". Y explicaba cómo los efectivos policiacos se habían "mimetizado" con la naturaleza para evitar ser detectados, mientras aguardaban la llegada de Valdez y sus cómplices al lugar.

Por su parte, García Luna, precisa: "En la casa se hizo cobertura... con agentes de fuerza se logra rodear el lugar; es cuando se entra... intentaba ya huir y ahí se somete en el jardín". Resulta evidente que aunque en el mismo lugar, existe una evidente diferencia en el operativo, pues en este caso, Valdez ya se encontraba en el lugar, no lo tuvieron que esperar los policías, sino rodear para evitar que escapara.

Pero el parte de los captores todavía muestra una tercera versión, que no concuerda ni en lugar ni en forma: "Iba un convoy y se les marcó el alto...se aproximaban hacia nosotros rebasándonos a alta velocidad y sin precaución alguna... procedimos a darle seguimiento... dándoles alcance aproximadamente 4 kilómetros adelante... descendiendo primero una persona del sexo masculino que vestía playera tipo Polo de color verde... de quien ahora sabemos se trata de Édgar Valdez, La Barbie...Procedimos a trasladarnos con la mayor celeridad posible" a la SIEDO."

Estas diferencias y contradicciones son precisamente las que generan la especulación de que Valdez Villarreal realmente se entregó y no fue detenido en un operativo quirúrgico, como pretende hacer creer la autoridad.

Pero además existe el indisputable antecedente de que el 9 de febrero de 2006, el entonces titular de la Agencia Federal de Investigación, Genaro García Luna, aceptó que en diciembre de 2005 había recreado para que las televisoras transmitieran, como si fuera en vivo, la detención de los secuestradores Israel Vallarta Cisneros y la francesa Marie Louise Cassez Florence y la liberación de tres de sus víctimas.

En esa ocasión en conferencia de prensa García Luna señaló: "en la operación para rescatar a las víctimas no había prensa y a petición de ustedes (sin mencionar nombres), nosotros mostramos cómo fue el ingreso a la casa de seguridad". Según la información difundida por la agencia de noticias Notimex, García Luna "Aceptó que se trató de una recreación para mostrarla en la televisión, pero afirmó que ésta no modifica las causas ni el proceso contra los presuntos secuestradores detenidos en un rancho de la carretera federal México-Cuernavaca, en el poblado de Topilejo, donde retenían a un hombre, a una mujer y a su hijo."

Los antecedentes de García Luna; las versiones contradictorias sobre la captura del capo; las enormes diferencias entre los operativos y los resultados de los mismos para la detención de los tres capos caídos en los últimos nueve meses; las prolíficas delaciones de Valdez Villarreal; la revelación de que "La Barbie" buscaba negociar un trato de rendición con las autoridades norteamericanas, según difundió el servicios de noticias del New York Times el sábado; y la solicitud oficial de Kent Schaffer, abogado del narcotraficante, para que la Embajada estadounidense en México presione para lograr su deportación al vecino país del norte, son elementos que alimentan más la sospecha de que Valdez Villarreal en realidad se entregó.

El que su detención haya sido producto de una entrega negociada y no un operativo policiaco no minimiza la importancia de la misma; pero sí le resta credibilidad y confianza a las autoridades mexicanas. Los afanes protagónicos de los titulares de una corporación, la Policía Federal, opacan los logros de una estrategia de combate a la inseguridad que está muy necesitada de ellos.

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