La familia de Michael Jackson cree que los cargos de homicidio involuntario que enfrenta el médico del Rey del Pop serían 'apenas una palmada en la mano', dijo el abogado Brian Oxman el miércoles.
La familia de Michael Jackson cree que los cargos de homicidio involuntario que enfrenta el médico del Rey del Pop serían "apenas una palmada en la mano", dijo el abogado Brian Oxman el miércoles.
Oxman dijo en el programa "The Early Show" de CBS que el Dr. Conrad Murray fue imprudente al administrarle poderosos fármacos a Jackson para ayudarlo a dormir, lo que garantiza un cargo de homicidio no premeditado con agravantes. Homicidio involuntario, el cargo que los fiscales buscarán, según reportes, conlleva una pena máxima de apenas cuatro años de cárcel.
"Eso es apenas una palmada en la mano, y una cachetada, porque Michael Jackson era una persona que sabíamos estaba en peligro de caer de rodillas, caer a su muerte, por el uso de esas medicinas", dijo Oxman.
El abogado de Murray dijo que el médico está listo para entregarse a las autoridades si los fiscales formulan cargos. Aunque no hay una fecha pública para que se le interpongan cargos a Murray, hay muchos indicios de que este paso es inminente.
El doctor, que tiene su consultorio en Houston, viajó a Los Angeles el fin de semana y pasó el martes reunido con su nuevo equipo de tres abogados. La fiscalía no ha dicho si presentará cargos, pero el principal abogado defensor, Ed Chernoff, dijo que Murray está preparado para ello.
"No he recibido una llamada de nadie que pidiera que el doctor se entregue", dijo Chernoff. "Si recibimos esa llamada, lo haremos con gusto".
David Walgren, el fiscal del condado de Los Angeles a cargo del caso, se negó a hacer declaraciones.
Jackson, quien tenía 50 años, contrató a Murray como su médico de cabecera mientras se preparaba para una serie de conciertos en Londres. El rey del pop murió el 25 de junio en Los Angeles luego que Murray, quien lo atendía en su mansión alquilada, le suministró el poderoso anestésico propofol y dos sedantes para tratar de superar el insomnio crónico de su paciente.
La oficina forense del condado de Los Angeles dictaminó que su muerte fue un homicidio.
El propofol sólo puede ser suministrado por un anestesista profesional en un recinto médico. El paciente requiere monitoreo constante porque la droga deprime el ritmo cardiorrespiratorio y baja la presión arterial, una combinación potencialmente mortal.