Esta semana transcurrió sin grandes hechos en el terreno noticioso local y al parecer toda la agenda pública entró en un marasmo informativo amén de falta de notas sobre avances importantes en cuanto a la vida pública se refiere. Los niveles de inseguridad -por fortuna sin sucesos de gran escala que reportar- continúan en su apogeo, aunque el general Bibiano Villa diga que se patrulla hasta el último reducto de la ciudad. Acaso la inauguración del Sistema Vial Revolución, con la puesta en marcha del último de la serie de 7 puentes y 3 pasos deprimidos, con una inversión de 660 millones de pesos, que ciertamente han dotado al bulevar Revolución desde el cruce con Diagonal Reforma y Saltillo 400 hasta el municipio de Matamoros de una vialidad moderna y ágil.
El banderazo de culminación de obra del gobernador Humberto Moreira fue precisamente sobre el tramo donde fue construido, reparado y demolido el fallido Distribuidor Vial Revolución, obra edificada en tiempos de Enrique Martínez y Martínez y por su mala ejecución, terminó costando 500 millones de pesos al erario, sin que por supuesto, hubiese algún responsable que respondiera por su mal trabajo y el daño al patrimonio de todos.
Moreira ufanamente y con razón dijo el día del evento: "en resumen quedó con madre", lo que es absolutamente inobjetable; de Matamoros al puente Diana Laura se puede transitar de manera satisfactoria por el sistema vial realizado. Además el gobernador preguntó a los reporteros que le dijeran la verdad si antes se había visto Torreón tan bonito. Obvio que la manota de gato que se le ha dado desde el primero de enero del presente, le han dado un mejor aspecto y toda la obra vial naturalmente que denota mejoría. Sin embargo, siempre queda pendiente que si bien Torreón hoy está restaurada en gran parte, y cuenta con mejores vialidades y alumbrado, pintura y mantenimiento, siempre está la asignatura pendiente del temor general por el asunto de la inseguridad y violencia pública, que debe ir antes que todo. Sin más comentario.
Estando así las cosas en el terreno local, se puede resaltar que ayer se concretó en la práctica la celebración de los matrimonios homosexuales en la capital del país y eso ocupa los titulares en los medios de la Ciudad de México con cobertura nacional.
No cabe duda que la sociedad y sus medios a veces nos perdemos en cuestiones que son mucho más escabrosas que importantes, quizá tal vez por los temas tabú que cada población tiene y el asunto de la preferencia sexual de los individuos es sin duda una de ellas.
El tema de que se concretaron las uniones en el Distrito Federal bajo la institución matrimonial es un pírrico triunfo de la izquierda o como se llame a esa corriente política que cree que el permitir el aborto por que sí, el matrimonio homosexual y la adopción son posturas realmente progresistas, cuando por otro lado toman posiciones anacrónicas que ciertamente impiden el desarrollo de la comunidad y sus personas por sus prácticas cavernarias.
Yendo por partes: se debe partir que cada quien es dueño de su cuerpo y por lo tanto cada quien puede hacer de su cola un papalote; inobjetable. Por eso se tiene que aceptar que por las razones que se quieran, existen parejas del mismo sexo que deciden hacer vida común y que por lo tanto deben estar protegidos por el derecho tal como lo hacen los heterosexuales: derechos de salud; de pensión, derechos sucesorios, etc.
Pero en un afán de parecer de avanzada, se regula que los matrimonios puedan ser del mismo sexo, aludiendo que de no ser así sería discriminatorio. Lo único que para efectos de este espacio se puede argumentar, es que el matrimonio es una institución jurídica enfocada principalmente a dotar de seguridad legal a cada uno de los individuos que la conforman en aras, en parte también, de brindar protección a los hijos que pudiesen por naturaleza propia ser concebidos, respetando la familia como célula inicial de sociedad.
Por todo lo anterior, el ahora validar ante la ley local defeña el matrimonio, no es más que un capricho del perredismo que abofetea al conservadurismo con afán revanchista. Una buena legislación más congruente sería como lo hecho en Coahuila, donde fueron creadas las Sociedades de Convivencia que es en esencia la unión legal de parejas del mismo sexo, dotándolos de facultades y deberes muy parecidas al matrimonio, pero que por natura no pueden ser iguales ¿alguien sabe de alguna concepción, embarazo y parto donde hayan participado sólo dos hombres o sólo dos mujeres entre sí?
Ya hace meses se había regulado el aborto voluntario en la capital, asesinato de nonatos inocentes que son muertos sin tomárseles en cuenta su voluntad, y ahora este capricho de los "matrimonios gays".
Qué bueno que hay mejores legislaturas en el resto de los estados en el tema, como en Coahuila, quien quiera vivir en pareja con una persona del mismo sexo lo puede hacer protegido por la ley, pero sin revolver la gimnasia con la magnesia, pero no es permitido por el Estado matar a bebés cuya culpa - sólo se está tratando el aborto por conveniencia- es haber sido concebidos porque los padres no tuvieron precaución a la hora de copular. No todo en el DF es mejor, sin duda.
Eirazoqui@elsiglo
Detorreon.com.mx