Los molestos cólicos
Para algunos es dolor de estómago, dolor de “panza” o trastornos abdominales. Como quiera que se le nombre, los cólicos resultan ser incómodos para quienes los padecen y pueden tener muchas causas.
Por lo común, relacionamos los cólicos al dolor abdominal que se produce en las mujeres con la menstruación o a los espasmos que sufren los recién nacidos después de recibir alimentos, pero el término se refiere en lo general a los espasmos o dolor abdominal que por lo regular, no tienen una causa grave y se deben a gases o distensión.
El cólico es la presencia de un dolor que se presenta en oleadas, es decir, que por lo general empieza y acaba en forma repentina y es intenso con frecuencia.
Se considera que los cálculos renales y biliares son causas comunes de este tipo de dolor abdominal, por lo que si se presenta en forma continua es necesario consultar a un gastroenterólogo para descartar cualquiera de estas patologías.
El estrés, los problemas familiares o ingerir alimentos muy condimentados, ácidos o con alto contenido graso son también causas frecuentes de los cólicos, pero en ocasiones el dolor no desaparece después de algunos minutos, y es cuando los músculos de los órganos digestivos presentan contracciones denominadas espasmos o cólicos.
Algunas investigaciones muestran que hasta tres cuartas partes de la población llegan a presentar dolor abdominal y espasmos, aunque el problema es más común en las mujeres que en los hombres.
Cólicos menstruales
Para algunas mujeres, la menstruación es un asunto relativamente sin dolor. Otras en cambio, planean sus actividades del mes alrededor de la menstruación.
La menstruación es un aspecto natural de la vida que une a todas las mujeres. Y debido a que es parte de nuestra vida diaria, es importante sentirse capaces de realizar las cosas que se quieran hacer sin estar limitadas por estos malestares de cada mes.
El dolor que la mayoría de las mujeres sufren antes y durante la menstruación es el resultado de las contracciones musculares en el útero y órganos circundantes.
Estas contracciones constituyen una parte natural del ciclo menstrual; los músculos uterinos se contraen para ayudar a que los excedentes del revestimiento intrauterino se desprendan de las paredes del útero.
Dichas contracciones producen sensaciones de calambres en el abdomen que se extienden a la cintura, cadera y muslos; también se conoce como dismenorrea y son comunes sobre todo durante los dos primeros días del ciclo menstrual.
Existen dos tipos de dismenorrea:
· Primaria: cuando no existe un padecimiento ginecológico que la cause y es inofensiva.
· Secundaria: es el cólico resultante de una enfermedad ginecológica: tumores benignos en la pared uterina, quistes o endometriosis, que es el crecimiento anormal de la membrana que recubre al útero.
Factores como el uso del dispositivo intrauterino también influyen en algunas mujeres para empeorar la manifestación de los cólicos durante la menstruación, que también pueden empeorar por otros factores, incluyendo:
· Cambios hormonales.
· Estrés, depresión y otros problemas emocionales.
· Deficiencias en la ingesta de ácidos grasos esenciales.
· Deficiencia de la vitamina B6.
En cada mujer, la percepción de la menstruación es única. Típicamente, el dolor menstrual se siente en la parte inferior del abdomen. Algunas mujeres también sienten dolor en la espalda baja. El dolor menstrual con frecuencia se acompaña de dolor de cabeza, fatiga, inflamación, irritabilidad y sensibilidad al dolor.
Alternativas de tratamiento
Existen varias alternativas para tratar el dolor ocasionado por los cólicos menstruales.
El cólico menstrual intenso puede ser tratado de manera efectiva con medicamentos antiespasmódicos, que son dirigidos a aliviar los dolorosos cólicos de los órganos circundantes, en combinación con un analgésico para disminuir el dolor.
En estos casos, regularmente se recomiendan los analgésicos que contengan paracetamol combinado con butilhioscina.
Otros medicamentos contienen, además del paracetamol, pirilamina y cafeína, el cual se indica en casos de síndrome premenstrual con cólicos muy fuertes acompañados por fatiga, cansancio, aumento en la retención de agua, tensión nerviosa, dolor de cabeza y espalda, entre otras molestias.
Además de los medicamentos, es recomendable recurrir al té de manzanilla, el cual es, por excelencia, un relajante de los músculos que contribuye a reducir el dolor por cólicos, además de su acción antiinflamatoria. Sin embargo, no se recomienda su ingesta durante los primeros tres meses del embarazo o si la persona es alérgica a las margaritas.
También hay que utilizar compresas de agua caliente cuando los cólicos son muy fuertes y no existe la posibilidad de tomarse alguno de los medicamentos señalados.
Cólicos en los bebés
Se considera que entre un 15 y un 40 por ciento de los lactantes sufre de cólicos durante sus primeros cuatro meses de vida.
En este caso es un padecimiento abdominal que se caracteriza por episodios de llanto intenso, sobre todo por las tardes o noches y que se acompaña por otras molestias que refieren dolor.
En los bebés, los cólicos se manifiestan durante la tercera semana de vida y hasta los tres meses, la mejoría es lenta pero segura pero si persiste a partir del tercer mes, pueden existir otros problemas como el reflujo, para lo que en este caso hay que consultar a un pediatra.
Cuando los bebés lloran también pueden mover las piernas y brazos, encogiéndolos y estirándolos, al llorar, el bebé traga aire y esto les provoca más dolor por los gases, incluso el estómago se les puede notar hinchado y duro.
A pesar del dolor abdominal, los lactantes comen y suben de peso normalmente.
El diagnóstico del cólico se basa en la descripción del llanto de los padres al médico, pero es importante que se le practique un examen físico de manera cuidadosa, para asegurarse de que no existe alguna hernia o algún otro padecimiento que requiera de atención.
En estos casos, el tratamiento para los cólicos consiste en gotas antiespasmódicas, aunque lo ideal es que el bebé también beba pequeñas dosis de manzanilla para aliviar los síntomas del espasmo.