EDITORIAL Caricatura editorial columnas editorial

Los 'nonocitos' laguneros

Las laguneras opinan...

MUSSY UROW

En el mes de junio del año pasado, dediqué parte de este espacio al Dr. Sergio Fajardo Valderrama, profesor universitario de matemáticas que fuera alcalde de Medellín, Colombia, de 2004 a 2007 y que causó impacto internacional por los logros que obtuvo durante su gobierno.

Recientemente estuvo de visita en nuestra ciudad y me sorprendió tardíamente la noticia, ya que resultó poco difundida; la posibilidad de asistir a la conferencia que ofreció -supe después- se limitó a una lista de invitados preseleccionados.

Afortunadamente ya había tenido la oportunidad de verlo y escucharlo a través de una conferencia que circuló en Dvd, y que había ofrecido en las instalaciones del Tecnológico en la Ciudad de Monterrey, de modo que su mensaje principal ya lo conocía. Me hubiera encantado verlo y escucharlo personalmente, pero... no se pudo.

Me llamó la atención que a raíz de su visita, los medios locales dieron mayor importancia a la "pretensión" del gobierno municipal (que cubrió los gastos de la conferencia) por difundir que su programa de trabajo está basado en "el modelo de Fajardo." Independientemente de si esto es cierto o no, lo valioso habría sido rescatar y aplicar, aunque fuera limitadamente, algo de lo que Fajardo pude hacer en Medellín. Pero no fue así, por muchas otras razones, una de ellas, que buena parte de la sociedad lagunera actual -otrora pujante, tenaz, trabajadora y positiva- se ha convertido, con ayuda de algunos medios de comunicación, en un enorme tribunal de "nonocitos"...algo así como los "ninis" (esos que ni estudian ni trabajan). Los "nonocitos" son los que se oponen a todo por sistema, los que sin importar cuál sea la iniciativa, buena o mala, hay que impedirla a como dé lugar porque lo importante es poner piedras en el camino, especialmente si quien propone es de la oposición política, cualquiera que ésta sea.

Hace tal vez veinte años surgió la idea de construir un estacionamiento bajo la Plaza principal. Los "nonocitos" de entonces (pocos, pero ya había) se opusieron. Años después se propuso un paso elevado de la calzada Colón sobre el bulevar Independencia. Ocurrió lo mismo. Ahora que se licitó públicamente la construcción de un estacionamiento en el Centro, la voz general acusa: "¡Cuarenta y dos años! ¿No son muchos? ¿Y a $ 15.00? !" Los que saben me dicen que la inversión -privada- es muy grande. Sin embargo, ¿se hizo algo por evitar que se gastaran millones de pesos en adoquinar calles del Centro o que se construyeran los adefesios para los ambulantes? Y esta inversión no fue privada, se gastaron recursos públicos.

Además de la inseguridad que nos ha cambiado la vida a todos los laguneros, veamos la fisonomía actual de nuestra ciudad: a todo lo largo del bulevar Independencia, del Paseo de La Rosita, la Saltillo 400, la tradicional y hermosa avenida Morelos, la Colón y otras importantes vías de la ciudad, abundan letreros de "se renta" o "se vende"... locales comerciales vacíos y "grafiteados"... calles sucias, descuidadas. En el Paseo del Tecnológico, por citar un caso, no hay un número oficial en los establecimientos de modo que si Usted busca una dirección, tiene que ir volteando para todos lados, exponiéndose a un choque con otro vehículo. En muchas calles y colonias, las nomenclaturas están borrosas, o colocadas en sentido contrario a la circulación, o de plano, no existen... Nuestro entorno, a pesar de los pendones que aún cuelgan por varios rumbos de la ciudad y que anuncian: "Estamos transformando Torreón" o "Gente trabajando", resulta patético.

Una de las principales ideas de Sergio Fajardo para quitarle a su ciudad natal el título de "la ciudad más violenta" fue la de cambiar la fisonomía de Medellín y abordar los problemas con soluciones simples y efectivas, transformando la realidad para devolver la dignidad a los espacios que habita el ser humano. Construyó parques-bibliotecas, escuelas, centros de convivencia, espacios para desarrollar cultura emprendedora. En cambio aquí, por citar un ejemplo, desde hace casi 3 años dejó de estar abierta al público "La Casa del Cerro," una construcción testigo de los orígenes de Torreón, que en muy poco tiempo llegó a convertirse, junto al Cristo de Las Noas, en símbolo emblemático de nuestra ciudad. Un sitio que se dignificó gracias al esfuerzo y cariño de un grupo de laguneros que constituían un Patronato de ciudadanos, como tantos otros que siempre hemos tenido en Torreón. La Camerata de Coahuila llegó a presentar ahí conciertos didácticos a los que asistían los vecinos, llenando las gradas y las piedras del cerro; hubo conferencias, teatro, exposiciones. Los laguneros llevábamos a los visitantes a conocer el Museo Casa del Cerro, orgullosos de ese espacio.

¿Y qué pasó? Pues en los dos últimos gobiernos municipales, primero se deshizo el patronato y se adjudicó su administración a la Dirección de Cultura del Municipio; luego se le restringieron los recursos económicos y literalmente, se le fue estrangulando, hasta que la falta de vigilancia provocó el robo paulatino de muebles y objetos de decoración, sin que a nadie le importara, hasta que últimamente, se pretendió usarla como cuartel para elementos del ejército. En pocas palabras, "La casa del Cerro" se cerró definitivamente.

Ahora que se emprende la construcción de una Gran Plaza, o el bosque cerca del Parque de Las Etnias, o el de diversiones en el lecho del Río Nazas, los "nonocitos" ya se van de boca gritando acerca de lo que se ha invertido en pagar los terrenos, en la "opacidad" de las cuentas públicas, que si se beneficiaron ciertos funcionarios... ¿Por qué habrían de ser de otra manera? ¿Acaso si el que critica estuviera en la posición del criticado haría las cosas diferentes? ¿Dónde estaban cuando cerraron la Casa del Cerro?

Y volviendo al modelo del Dr. Sergio Fajardo Valderrama y al actual Gobierno Municipal: la única diferencia que debe considerarse es que en este momento ni en Torreón, ni en ningún otro municipio de nuestro país, podría presumirse de que el programa de gobierno se basa en "el modelo Fajardo", no mientras la ley electoral de nuestro país impida la elección de candidatos independientes de cualquier partido político, libre de compromisos de toda índole, como fue el caso de Fajardo.

Sin embargo, concediendo que la intención de algunos sea de buena fe, con una pequeña dosis de interés por el bien común y porque tal vez las ideas que funcionan en otros lados pueden servir de inspiración, el efecto envenenador, destructivo y dañino de los "nonocitos" resulta tan castrador, que ni siquiera virtualmente podríamos salir adelante...

Leer más de EDITORIAL

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de EDITORIAL

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 567289

elsiglo.mx