La rivalidad entre las porras estuvo al máximo el día de ayer en el Tecnológico. Los Rayados vivieron una gran fiesta aparte
Toda la semana se vivió un ambiente de fiesta en esta ciudad, pero nunca como el día de ayer, cuando más de 150 seguidores del Monterrey se dieron cita afuera del hotel de concentración donde su equipo estaba hospedado para manifestarles buena vibra y exigirles el título previo al duelo de vuelta de la final del Apertura 2010.
Banderas, rostros pintados, euforia total fue la que se vivió a las afueras del inmueble, mientras adentro el conjunto regio tuvo una charla técnica para luego salir a las 16:15 horas rumbo al Estadio Tecnológico, no sin antes sentir el apoyo de su hinchada, que con porras de "¡Vamos Monterrey, queremos la Copa!", trató de alentarlos.
Víctor Manuel Vucetich, técnico de los Rayados, fue el último en subir al autobús, pero el más coreado por los seguidores. "¡Vuce, Vuce!", se escuchó por parte de la afición, que le pidió el campeonato para la ciudad regiomontana.
Así, La Pandilla partió rumbo al Estadio Tecnológico escoltado por sólo siete elementos de la Policía Municipal en motocicleta, 25 minutos después de que Santos hiciera lo propio por la misma avenida del municipio de San Pedro Garza García.
EN EL TEC
El ambiente de alegría reinaba en el plantel de los Guerreros, ya que desde que se encontraba arriba del transporte el arquero Oswaldo Sánchez comenzó a tocar fuerte los vidrios con las manos y a su descenso mostró una amplia sonrisa. El estratega Rubén Omar Romano también llegó del mejor humor, al saludar con el pulgar derecho en lo alto.
En tanto, los Rayados arribaron en punto de las 16:40 horas, aunque se vio previamente a familiares de éstos arribar en sus automóviles.
En las afueras del Tec se escuchaban tambores y se vio de todo: desde caravanas de bellas mujeres que desfilaban luciendo sus figuras ante los hombres que se quedaban boquiabiertos al ver los cuerpos esculturales, hasta seguidores albiazules vestidos de Santa Claus y muchos con máscaras de luchador con los colores blanco y azul.
Incluso, un fanático recorría el estadio con una guitarra en mano y cantando una canción compuesta para el Monterrey, mientras las calles aledañas al inmueble se teñían de azul y blanco.
A LA LUZ DE UNA TORRETA
Casi una hora antes del inicio del partido, algunos aficionados -molestos por la ausencia de pantalla gigante para ver el encuentro- protestaron bloqueando las calles de Zaragoza y Zuazua, ambas colindantes con la Macroplaza.
Ante eso, a las 18:15 horas, una patrulla de la Policía Estatal dejó la calle e ingresó a un sector de la Macroplaza, acercándose a la gente y sintonizando el partido por el radio de la unidad policiaca.
De esa forma, los casi 5 mil aficionados reunidos en la Macroplaza ondearon sus banderas entre la semioscuridad de la noche y la luz de las sirenas destellando entre ellos.
Por supuesto no pudo faltar el negrito en el arroz, ya que los revendedores hicieron su aparición en busca de hacer su "agosto" y, peor aún, hubo un par de detenidos por la venta de boletos falsos.
Sin embargo, esos sólo fueron detalles, y así, enmedio de una interminable fiesta, fue como se llevó a cabo el juego definitivo por el título del Apertura 2010, que sin duda no defraudó absolutamente a nadie.
El Estadio Tecnológico estalló en júbilo, las gradas literalmente se cimbraron por la euforia de la gente que festejó incesantemente el título conseguido por el Monterrey.