Los equipos de rescate lucha esta noche contra el frío y la altitud para socorrer a las víctimas del terremoto de 7.1 grados Richter que ha sacudido hoy el oeste de China, causando al menos 400 muertos y más de 10 mil heridos.
Los equipos de rescate lucha esta noche contra el frío y la altitud para socorrer a las víctimas del terremoto de 7.1 grados Richter que ha sacudido hoy el oeste de China, causando al menos 400 muertos y más de 10 mil heridos.
El gobierno chino ha puesto en marcha un dispositivo de emergencia de unas cinco mil personas, entre bomberos, militares, policías y expertos, y designó unos 30 millones de dólares para la ayuda de primera necesidad de los afectados.
El viceprimer ministro Hui Liangyu llegó esta noche (tiempo de China) a la zona del sismo para dirigir las tareas de rescate de los especialistas, que han logrado recuperar a más de 900 personas entre los escombros.
Caída la noche, el frío y la altitud son los principales escollos para socorrer a las víctimas, ya que las temperaturas oscilan entre un grado y los 10 grados bajo cero.
Situada al oeste de China, muy cerca de la región del Tíbet, la provincia de Qinghai es una zona rural pobre, por donde se extiende la estepa tibetana.
El presidente chino, Hu Jintao, que se encuentra de gira por América Latina, y el primer ministro, Wen Jiabao, dieron instrucciones para que se destinen todos los recursos necesarios para las víctimas del sismo, entre las que habría numerosos chinos de etnia tibetana.
El balance de víctimas se sitúa por el momento en 400 muertos y 10 mil heridos, aunque las autoridades advirtieron que las cifras podrían aumentar de manera considerable, conforme se han removidos los escombros de las viviendas.
El terremoto se produjo esta mañana a las 07:49 horas locales (23:49 GMT del martes) y su epicentro se localizó en el pueblo de Rima, una zona poco poblada y dominada por las estepas donde habitan principalmente campesinos.
A unos 50 kilómetros al oeste del epicentro se sitúa la ciudad de Jiegu, donde habitan unas 100 mil personas y donde según un funcionario local el 85.0 por ciento de las viviendas quedaron destruidas por el temblor.
"Las calles en Jiegu son un caos, las personas entraron en pánico y muchas de ellas tienen heridas en el cuerpo y la cabeza", indicó Zhuohuaxia, un oficial del condado de Yushu, a la agencia estatal de noticias Xinhua.
Muchos estudiantes, agregó, están bajo los escombros por el derrumbe de edificios. 'Veo heridos por todas partes. El mayor problema ahora es la falta de tiendas de campaña, de equipos médicos, medicinas y personal sanitario', señaló.
Huang Limin, un funcionario local en el condado de Yushu, la zona más afectada por el epicentro del terremoto, indicó Xinhua que mucha gente sigue bajo los escombros en la región afectada, donde se produjeron tres réplicas del sismo.
El temblor provocó el derrumbe de casas, templos y gasolineras, además de daños significativos al aeropuerto de Yushu y en las carreteras, según las autoridades locales, que están priorizando el rescate en escuelas.
'Nuestra prioridad es salvar estudiantes. Las escuelas son siempre lugares en los que hay mucha gente', indicó Kang Zifu, un oficial del ejército que coordina las tareas de rescate en la localidad de Jiegu.
El terremoto se produjo en momentos en los que la población de la región comenzaba apenas sus actividades cotidianas, por lo que muchos comercios estaban todavía cerrados y las escuelas a pocos minutos de iniciar las clases.
'Las clases no habían comenzado cuando se produjo el sismo. Muchos estudiantes salieron corriendo de los dormitorios. Los que no lo lograron se encuentran bajo los escombros', indicó una profesora de la escuela primaria de Yushu, donde estudian más de mil alumnos.
Los expertos indicaron que el número de víctimas y heridos podría aumentar considerablemente, a causa de la débil estructura de las construcciones en esta zona y de la hora en la que se produjo el temblor.
'Creemos que habrá grandes daños, ya que el terremoto se produjo muy pronto por la mañana y la mayoría de residentes estaba durmiendo', dijo Sun Shihon, un experto en el Centro de Investigación de Terremotos en China.
El líder espiritual tibetano, Dalai Lama, expresó desde la India, donde vive exiliado desde hace más de 50 años, su solidaridad con las víctimas del sismo, así como el Papa Benedicto XVI y líderes de la Unión Europea (UE).
El terremoto se produce dos años después del de 7.8 grados Richter ocurrido en mayo de 2008 en la provincia de Sichuan, ubicada también al oeste del país, donde se estima que al menos 90 mil personas perdieron la vida.