Cirugía. El doctor César Cruz le realizó una cirugía con la cual pudo sacarle las bolitas de grasa del rostro y le acomodó su ojo. AGENCIA REFORMA
Ante el público parecía ser una mujer feliz, segura de sí misma, sensual... sólo su madre sabía del sufrimiento que vivía Lyn May, quien durante los últimos 10 años se negó a verse al espejo para evitar el reflejo de su rostro desfigurado.
Todo este tiempo, confesó la vedette, vivió un dolor callado debido a un mal tratamiento a base de inyecciones de aceite comestible que le practicaron hace 20 años.
A escondidas, dijo, donde nadie la veía, no paraba de llorar, no podía acostumbrarse a ver su cara llena de bolas, con el ojo izquierdo más arriba que el derecho.
Este tema que ha sido doloroso para la actriz será tratado mañana a las 22:00 horas a través de National Geographic en el especial Bellezas al Límite, donde se abordarán diferentes casos de personas que han abusado de las cirugías. Ella se ha hecho dos.
Esos años de llanto y dolor parecen haber quedado atrás gracias a que la vedette se encontró con el cirujano César Cruz, quien, dijo, solucionó su problema.
"Me dejó muy bonita, ya me veo al espejo...". Hace 10 años, contó, buscó remediar el problema en su rostro, pero no fue fácil. "Me abrían y me sacaban las bolitas y no quedaba. Este cirujano me quitó todo, además de que me quitó las bolitas, me dejó más joven, me siento bien".