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Mahbubani en México

FEDERICO REYES HEROLES

Invitado por el Club de Industriales, HSBC y TV Azteca hace unos días estuvo en México Kishore Mahbubani. De origen hindú, filósofo de formación, historiador por oficio, este destacado pensador se ha especializado en el fenómeno asiático. Su desarrollo académico se ha dado al interior de la Universidad Nacional de Singapur en la cual es hoy actor central. Harvard, Yale, están en su hoja de vida. Time, Newsweek, Foreign Affairs, Foreign Policy, The Washington Quarterly y otras publicaciones también. Sus libros más conocidos son Beyond the Age of Inocence en el cual aborda las relaciones de los Estados Unidos con el mundo en particular con la nueva Asia; Can Asians Think? en el que confronta al pensamiento occidental con las tradiciones orientales en particular el candente problema de derechos humanos.

Su más reciente publicación The New Asian Hemisphere, es un texto cargado de información de todo tipo: población, economía, armamentos, emisiones de carbón, etc., que muestra las macrotendencias asiáticas que hacen palidecer a Europa y a los Estados Unidos. Mahbubani fue embajador de Singapur ante Naciones Unidas y ocupó diversos puestos en la diplomacia de su país. No estamos frente a un académico puro, sino frente a un promotor muy activo a favor del entendimiento entre el occidente y Asia. Sus tesis son por momentos desconcertantes, pero debemos conocerlas.

De entrada Mahbubani nos recuerda que el predominio de Occidente tiene una historia mucho más corta que el de Oriente. Desde esa perspectiva es incorrecto hablar del surgimiento de Asia, se trata en todo caso del retorno al predominio asiático. Por ello es importante abordar racionalmente lo que él denomina "el fin de la era de dominio de la civilización occidental" y evitar a toda costa un "malentendido cultural". A diferencia de otros autores Mahbubani no avizora una etapa de confrontación. Los dos mundos están ya tan entrelazados por los intereses económicos que sólo pueden desearse mutuamente éxito y prosperidad que implica a la vez el propio bienestar. La reciente crisis financiera es prueba del nuevo equilibrio global. A diferencia de otras crisis ahora son las economías emergentes, en particular la China, las que se han convertido en la locomotora de la recuperación.

Mahbubani afirma que el retorno asiático se produce a partir de que la nueva Asia aprendió los siete pilares de la sabiduría occidental. No se trata entonces de una sustitución de Occidente, sino de apropiación explícita de los éxitos de ese mundo. Los pilares son los siguientes: 1.- Mercados libres y abiertos; 2.- Inversión alta en ciencia y tecnología; 3.- Pragmatismo; 4.- Meritocracia; 5.-Cultura de paz; 6.- Estado de Derecho; 7.- Educación. El concepto de democracia como tal no ocupa un sitial predominante en el pensamiento de Mahbubani quien está convencido de que con altas tasas de crecimiento la demanda democrática es pospuesta. A una pregunta expresa sobre el conflicto de Google en China el autor no vaciló en contestar que el Gobierno de ese país hará lo necesario para mantener el control de la población. Las prioridades son muy claras, primero va la prosperidad, la extensión de las demandas democráticas de la población vendrá después. La tesis no es novedosa, en todo caso lo que llama la atención es la frialdad del análisis.

Sin ambages Mahbubani expresa que la lucha a favor de los derechos humanos ha perdido fuerza en Oriente. Después de Vietnam y más recientemente Irak y Guantánamo, Estados Unidos ha quedado desnudo en su doble moral. Es falso, dice Mahbubani, que los países sobrepongan los derechos humanos a sus intereses de Estado. Bastante crudo el planteamiento, pero no está exento de un contenido de verdad histórica. Otro aspecto que llamó mucho la atención es el rango que Mahbubani otorga al pragmatismo en el éxito del nuevo hemisferio asiático. Más allá de dogmas e ideologías las decisiones deben basarse en el pragmatismo. Si en el área A opera exitosamente un mecanismo de mercado, aplíquese el mismo. Si en la B se requiere la intervención directa del Estado, pues que intervenga. La nueva Asía no tiene ningún empacho en copiar a diestra y siniestra y en caer en modelos híbridos. El eclecticismo es una preocupación de los dogmáticos.

El pensamiento de Mahbubani provoca sentimientos encontrados. Es difícil aceptar que, en pleno siglo XXI, el ideal democrático y de derechos humanos no sea un eje universal. Para un occidental ese es el cimiento de todo, por lo menos retórico. Pero la realidad se impone sin preguntar. La lectura de Mahbubani sacude porque sin remilgos acepta que la cultura autoritaria goza de buena salud entre cientos de millones de seres humanos. Sacude también porque el pragmatismo siempre ha sido despreciado por Occidente, pero por lo visto no está reñido con el éxito. Mercados abiertos, ciencia y tecnología, educación, meritocracia, pragmatismo, Estado de Derecho, ¡qué lejos suenan de nuestra realidad!

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