Raquel y Marla.
A la edad de 15 años todo es ilusión... ¿Pero sabrá Marla lo que eso significa?
Ella no puede asistir a la escuela como cualquier adolescente. Tampoco tiene amigas con las cuales salir a divertirse y mucho menos pensar en el primer amor.
La vida la obligó a cambiar todo lo anterior por la indiferencia social y el rechazo de algunas instituciones especiales, de las cuales Raquel no ha obtenido el apoyo que su hija requiere.
Ayer Marla cumplió 16 años, lo que equivale a 5 mil 840 días (aproximadamente) presa de su cuerpo, postrada en una silla de ruedas, pues a los seis meses de gestación tuvo que venir al mundo, y por negligencia médica al no recibir la atención adecuada le resultó parálisis cerebral, afectándole el lenguaje y la motricidad.
Marla debe conformarse con recibir los cuidados de un bebé, en manos de su madre, unas manos que desde hace 20 años padecen artritis reumatoide y que han empeorado... "por la pena moral de ver a mi hija en esas condiciones y no poder ayudarla... mi temor más grande es que yo muera antes que ella", confiesa Raquel.
La madre de Marla comparte su dolor con el único objetivo de brindarle a su pequeña una mejor calidad de vida. "Mi hija necesita mucha atención y desgraciadamente yo no se la puedo dar, pues mi cuerpo a veces no me responde... me muevo con mucha dificultad".
En un día común Marla necesita que le cepillen los dientes antes de desayunar, después hay que darle un poco de agua ya que 'babea' toda la noche... como cualquier bebé llora para comunicarse. Desayuna alimentos ligeros por temor a que se ahogue, pues padece reflujo, por lo que tampoco se le pueden dar lácteos. Posteriormente hay que bañarla en su silla especial "una silla que me llegó del cielo, era de una niña que ya murió y su mamá nos la donó"... Raquel hace una pausa, tal vez por un momento se puso en los zapatos de la señora que perdió a su hija... y continúa... "Marla pesa 20 kilos, no es mucho pero para mí cargarla representa una labor titánica". Después hay que vestirla y sentarla en su silla, entretenerla para que el día no se le pase tan aburrido. Trato de leerle cuentos y cultura general y ella se muestra atenta, recuerda todo, pues su capacidad intelectual quedó casi intacta... si Marla se pudiera comunicar sería maravilloso, así yo podría saber qué es lo que ella necesita o si le duele algo y cómo la puedo ayudar".
"Concretamente lo que necesitamos son 'manos' que nos ayuden a darle la atención que la niña necesita", dice Susy como haciendo propia la situación, será que Marla y Raquel se ganaron su corazón. Susy junto con su mamá ya se unieron a esta noble causa. Y Raquel agrega: "Mi propósito de cada día... es que mi hija sea feliz".
Para quien desee ayudar a Marla puede comunicarse con Raquel al 871.234.77.70.
