Hemos hablado anteriormente de aspectos no tan afortunados de nuestra querida Comarca Lagunera, el día de hoy me gustaría abordar aspectos más bien positivos. ¿En alguna ocasión ha estado usted en el bulevar Miguel Alemán, a la altura de un centro comercial que patrocina una luchadora? Para ser más específico frente a una tienda de conveniencia de color amarillo y rojo.
Es en este crucero de la hermosa Ciudad Jardín donde un agente de vialidad nos da una muestra del pensamiento positivo y de la pasión por hacer bien el trabajo. Desconozco su nombre y la cantidad de años que lleva ejerciendo su trabajo, pero se debería dar una vuelta para observar las ganas con que este tránsito se encarga de coordinar la vialidad.
La mayor parte de nosotros nos hemos quejado amargamente de los sueldos que obtenemos por el desempeño del empleo que realizamos, que si los sueldos son bajos respecto a otros países, que nuestros diputados ganan más que nosotros y trabajan menos, que México es un país de pocas oportunidades, etc., y tal vez usted tenga toda la razón en afirmar que todo lo anterior es cierto.
Pero, ¿qué cosas dependen de nosotros? ¿Que la Selección Mexicana gane un mundial? ¿Que Paquita la del Barrio quiera a los hombres? ¿Que Marcelo Ebrard no se ponga a dieta? Por supuesto que no depende de nosotros, pero una cosa que sí depende directamente de nosotros es la manera en que desempeñamos nuestro trabajo.
Cuántas ganas le ponemos, con qué alegría lo hacemos, con qué pasión lo desarrollamos, cuánta vocación hay en él, y así múltiples situaciones que pudiéramos pensar del desempeño de nuestras funciones.
Sé, mi estimado lector, que estará pensando que muchos empleados no le echan ganas a su trabajo porque no ganan lo suficiente. Pero, ¿para cuánto le gusta que el agente de tránsito en cuestión gane? Le aseguro que habrá una buena cantidad de comarcanos que ganen el doble, triple y hasta 7 veces más el sueldo que percibe el hombre de verde. ¿Estará la motivación en el dinero? Desde luego que no, y este caso demuestra lo que gran cantidad de estudios han señalado a lo largo de los años, la motivación principal de un empleado está en la identidad que sienta por su empleo. En otras palabras, el amor que sienta por su trabajo y no sólo la retribución económica que reciba.
Sé que en México estamos acostumbrados a pensar que el dinero es el motor de nuestras acciones y desafortunadamente lo es para la mayoría, ya que el éxito está ligado al poder adquisitivo que se tenga.
Pongámonos idealistas: imagine usted que por cada empresa existiera el 25% de los empleados con esta mentalidad. Haría crecer la empresa, se respiraría un ambiente más positivo, más productivo, se tendría una mayor identidad, existiría menos rotación y para acabar pronto tendríamos un desarrollo económico mayor. ¿Estará tan lejos ese México? Pues no, pero en la cultura y mentalidad de nuestra región está la solución más fácil que hemos encontrado a lo largo de los últimos años, si no es que décadas. ¿Sabe usted cuál es? El deporte favorito de nosotros, no, el futbol no, ese es el segundo, el primero es "echarle la culpa a los demás".
Para muestra varios botones: "Si tuviera otro jefe trabajaría mejor". "Si me subieran el sueldo le pondría más ganas". "Si no tuviera compañeros tan flojos, ya estaría en otro lado" y, como dice el anuncio de yoo, ¡ahora me vas a decir que tu abuelita anda en bicicleta!
Pensar que de nosotros dependen muchas cosas, nos daría miedo, porque nos haría responsables de nuestros éxitos y fracasos, pero, desde luego, tendría un aspecto positivo, que es finalmente lo principal que nosotros somos dueños de nuestro destino y construimos nuestro presente y futuro, pensar que depende de otros sería conformista y aparte seguro y cómodo, que es lo que nos ha impedido progresar como país y sobre todo como región.
Por cierto, sólo me queda una duda, ¿ha tenido por parte de algún alcalde de la Ciudad Jardín un reconocimiento este agente de tránsito? Si usted sabe la respuesta se la encargo, y si no lo han hecho sería bueno empezar a reconocer a nuestra gente valiosa y apasionada por el servicio público que buena falta nos hace.
¡Hasta el próximo domingo!
Mi correo electrónico: antoniomiranda72@hotmail.com.