MANO IZQUIERDA

Es muy común encontrar en diferentes partes de la República que a la gente cuando se le pregunta ¿de dónde es usted? La respuesta siempre sea la misma: de Torreón. Aunque se haya nacido en Gómez Palacio, Lerdo, Matamoros, Viesca, etcétera.

Este fenómeno tiene consecuencias psicológicas interesantes, tales como la identidad, el poder, la pertenencia, la preferencia e incluso la prepotencia. Pensará que estamos exagerando, pero dentro del mapa nacional es muy común ver dentro de los noticiarios cuando dan el pronóstico del tiempo se habla de Torreón. O cuando los comentaristas de los partidos del querido Santos dicen Santos de Torreón, la ciudad de los grandes esfuerzos, aunque el estadio se llene con un 60% de la gente que no es oriunda de ahí.

Este debate ha causado polémica durante algunos años, incluso algunos políticos y empresarios han propuesto el Estado de La Laguna, aunque esta misma propuesta se vuelve discriminatoria cuando en inicio trata de ser incluyente, ya que La Laguna sólo se contemplaría Torreón, Gómez y Lerdo, dejando de lado los demás municipios que la conforman. Sólo una pregunta para ejemplificar, ¿sabe cuántos municipios conforman la Comarca Lagunera? Se la dejo de tarea.

Este fenómeno es muy común en la mayor parte del territorio nacional, pensar que sólo se da en La Laguna sería egoísta, se produce con los regiomontanos acusando a los laguneros de nacos y de incapaces de tener vialidades decentes. Se produce con los defeños que acusan de lo mismo a los regios o de rancheros a los de Guadalajara. Nosotros no nos quedamos atrás, los de Torreón critican a los de Gómez y Lerdo de incultos e ignorantes, y así le pudiéramos seguir.

Como decíamos anteriormente, esto tiene que ver con el poder debido a que pensar que mi ciudad es más importante que la de otros implica "Un arriba" y "Un abajo", donde se es mejor ciudadano por contar con más servicios, porque hay alternancia en los partidos de gobierno, hay más infraestructura y más escuelas, entre otros. Aunque finalmente las personas son las que hacen la ciudad y no debería de haber diferencias. Tendrían toda la razón los ciudadanos que piensen que hay mayor infraestructura en Torreón que en Gómez, pero eso no hace más importantes a unos sobre los otros.

Cabe hacer mención que este problema viene de los mismos habitantes que dicen que son de Torreón, cuando nacieron y han vivido toda su vida en Ciudad Lerdo. O los que son de Matamoros y los entrevistan a nivel nacional y dicen que lo más importante de su ciudad es plaza Galerías, cuando ésta se encuentra ubicada en otra ciudad.

Esto va ligado a otro componente que es la identidad, que significa ¿quién soy?, ¿quién fui? y ¿quién quiero ser? Si yo considero que es vergonzoso como ciudadano decir que soy de Gómez Palacio, voy a devaluar parte de mí. Piense usted en esto. ¿Quiénes son los oficiales fronterizos más duros con los inmigrantes mexicanos? Los de origen mexicano precisamente. ¿Por qué? Debido a este fenómeno de identidad, al considerar un país como corrupto, falto de oportunidades, sin educación de calidad, perdón estoy hablando de Pakistán, no piense usted que estoy hablando de México, lo denigran, lo rechazan y lo atacan, reflejándose en el migrante.

Piense en el ejemplo de Monterrey. La gran mayoría de los regios toman de una misma marca cervecera. ¿Será porque sabe mejor? No, no es cuestión de sabor, sino de identidad, ya que la cervecería es de origen regiomontano. En otras palabras hablamos de pertenencia.

En cuanto a la prepotencia y preferencia son dos aspectos psicológicos que van ligados con el ejemplo del migrante anterior, ya que se prefiere lo que es valioso, y se es prepotente, con lo que se considera inferior, cuando en el fondo con lo que se lucha es el enojo hacia el origen que va tatuado en la persona. Para ser más específico, el migrante vuelto oficial lucha y se enoja no con el otro sino con la parte mexicana que él mismo tiene.

Otro ejemplo de prepotencia es el hombre que lucha con sus propios rasgos homosexuales enojándose con ellos y tachándolos de enfermos, depravados y de mala calidad moral.

Pero, ¿cómo solucionar esto? Pues es muy sencillo, siendo incluyentes. No se trata de que ahora los de Gómez no le hablen a los de Torreón, o los de Mapimí no les hablen a los de Francisco y Madero. No, la idea sería estar orgulloso de nuestra identidad y sobre todo hacer algo por nuestra región y no sólo esperar que los políticos, gobernantes o empresarios hagan algo por ella, ya que los que en principio hacemos la ciudad somos precisamente los ciudadanos.

Sólo que esta labor empezará por conocer nuestras raíces, que por supuesto muchos de nosotros desconocemos y nos pasará lo que a doña Carmen Salinas le sucedió en un programa que dijo que era la catedral de Torreón, cerca de la Alianza, cuando la imagen presentaba la Iglesia de Guadalupe, en pleno centro de Gómez Palacio, Durango.

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