¡Cómo has cambiado Gómez Palacio!
En algunas cosas
Hace algunos ayeres, cuando todavía en la ciudad se podía jugar en las calles al futbol con piedras como porterías, tomar agua de la llave, jugar a las escondidas y escuchar sonar las palomitas sin pensar que eran balazos, las vialidades de nuestro querido Gómez necesitaban ayuda urgente.
Han pasado más años y todo lo anterior cambió, ya tomamos agua embotellada porque si no, nos duele el estómago, ya no jugamos futbol en la calle, primero por la inseguridad y luego porque los niños de hoy prefieren jugar videojuegos o simplemente ver la tele comiendo alimentos chatarra, ya no se juega a las escondidas porque ahora después de jugarlas terminan las adolescentes embarazadas en lugar de decir "uno, dos tres por mis amigos", y, desde luego, los estruendos nocturnos.
Lo único que no ha cambiado en mi ciudad son los baches en las avenidas, las calles poco bien planeadas y mucho menos pavimentadas. ¿Por qué pasa eso? No tengo la más mínima idea, pero desde que yo recuerdo, jugar futbol en la calle, ya mis padres decían esa calle siempre tiene pozos, o incluso mi abuelo comentaba que el recarpeteo se daba en campaña de algún candidato y después ya nadie hacía nada por las pobres calles gomezpalatinas.
Sabemos de antemano que esta columna no es Atención Ciudadana del Municipio, ni Ventaneando, ni Derecho de Admisión con Pepillo Origel, sino que intenta ser una columna para los ciudadanos de la Región Lagunera de Durango. Pero seamos sinceros, ¿no le pasa que en ciertas ocasiones ve usted a la ciudad de Torreón y se pregunta por qué esto no pasa en Gómez?
Hace tres años, aproximadamente, se pudieron ver los juegos de un equipo de beisbol de la región en el Estadio Rosa Laguna, dichos partidos eran los sábados. La verdad el ambiente era bastante bueno y se promocionaba la ciudad. Si bien el estadio no era el Yankee Stadium sí era funcional y tenía buena vista, pero finalmente estas últimas temporadas desapareció.
Este ejemplo en el deporte puede ser igual en la cultura, en el arte, en eventos masivos e incluso en los baches. Es cierto, en la ciudad de Torreón hay calles para el olvido, pero aunque el recarpeteo es nocivo para los automovilistas por el efecto ecológico, según me explicó un experto, en la vecina ciudad existe al menos el empeño de recarpetear de vez en cuando.
No con esto queremos decir que todo lo que se hace allá es bueno, ni hacer comparaciones odiosas de dónde está mejor. No, lo que se pretende es copiar los modelos buenos y hacer de nuestra región algo más agradable para vivir.
Tratemos pues de copiar los aspectos buenos de nuestros vecinos y esperemos que nuestras calles luzcan algún día como una ciudad grande, como lo es Gómez Palacio, y no sólo seamos recordados por la producción de vino y algodón que hace muchos años quedó atrás y el que vive de viejas glorias se queda esperando el tren de regreso que se llevó sueños e ilusiones.
Por cierto, gracias al señor Héctor Villalpando, oriundo de la "pozuda" Filadelfia, por aquello de los baches, por decirnos el nombre del agente de tránsito de la columna de la semana pasada y aclararnos que ya recibió un reconocimiento de manos de la licenciada Rosario Castro. El nombre del señor es Manuel "Michael Jackson" Rivas.
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Antoniomiranda72@hotmail.com
