En los últimos años se ha insistido mucho sobre el modelo educativo y sus consecuencias en los alumnos mexicanos, que si debe ser más rígido o más flexible, si debe ser en conjunto o individualista o incluso más directiva o facilitadora. Ha sido un debate interminable, ya que no se ha llevado a cabo una reforma eficiente que demuestre los cambios con hechos, en otras palabras seguimos siendo un país que no pasamos de la primaria en aspectos académicos.
Se ha dejado de lado desde mi punto de vista el aspecto emocional y s→ olo se toma para dar una plática o conferencia, pero no se aplica en las aulas sobre todo con los jóvenes que necesitan trabajar más aspectos tales como frustración, tolerancia, respeto, equidad y sobre todo la tan llevada y traída autoestima.
Para dar un ejemplo de esto me llamó la atención platicar con unos padres de familia que tienen a sus hijos en un colegio contemporáneo de Ciudad Lerdo, que comentaban acerca de la disciplina en el vestir y en específico en el corte de cabello de los alumnos. Dichos alumnos entre los 12 y 15 años, o sea en una etapa del desarrollo adolescente donde la imagen y la identidad entre otras cosas son muy importantes para ellos.
Bien por la escuela de fomentar la disciplina, provocando que los alumnos se preocupen por su imagen y su forma de vestir, lo que me alarma sobremanera es el caso de varios jóvenes que no se cortaron el cabello y ¿sabe usted lo que pasó? Pues nada, que sin previo aviso a los padres se los cortaron, no con Sosa, ni con Julio, sino ahí mismo dentro del colegio. ¿Lo puede creer? Lo más grave es que uno de los maestros lo traía como Palencia el jugador de Pumas.
Considero que este es un excelente ejemplo de lo que le pasa a la educación en México, en especial en nuestro querido Lerdo, ya que lo que falta es congruencia, porque imagínese a los alumnos que primero los violentan cortándoles el cabello y exhibiéndolos como no pensantes, amén de no pensar en sus Padres, y en segundo lugar teniendo a Tarzán como maestro, que dicho sea de paso puede traer el pelo como mejor le parezca pero el mensaje a los alumnos es claro: Tú haces lo que yo digo y los demás pueden hacer lo que quieran. Como diría un diputado federal "cuando te pego está bien, pero cuando me pegas me duele".
No hablamos aquí de los daños psicológicos por la exhibición de los chavos que sería otro tema, ni el cumplimento del reglamento, porque imagine Usted que el reglamento diga "Alumno con cabello largo se le cortará a la primera de cambio sin previo aviso a los padres". El mensaje para los padres de familia es claro, no es una escuela o colegio como le quiera usted llamar, es una especie de celda de castigo, donde no se te educa sino se te corrige.
Sé que muchos lectores estarán pensando que no es para tanto, pero sólo piense por un momento como padre, si yo le encomiendo a mis hijos con la seguridad de ser una institución confiable y no tienen la más remota idea de cómo educar a un adolescente, pues sí me daría coraje, por decir poco, que a mis hijos los traten como no pensantes.
Pudiera pasar por su cabeza que las cosas en Ciudad Lerdo no importan, pero si dejamos de pensar en pequeño, haremos de la Ciudad Jardín, una entidad más grande de lo que ya es.
Hasta la próxima semana y felicidades al Santos.