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Manual para ejecutivos

GILBERTO SERNA

Dado el resultado de las últimas elecciones, la real academia polaca se ha visto en la necesidad de elaborar un manual cuya naturaleza se encuentra en la página 1,317 del Diccionario de la Lengua Española, vigésima primera edición, Tomo II, 1992, que dice: fácil de manejar, de fácil ejecución, fácil de entender, que exige se maneje con las manos, en contraposición a que se maneje con los pies, como en el caso de que sean necesarios los pedales. Útil para gobernadores no muy avispados. Es un librillo en que las personas hacen apuntamientos que no requieren profundas meditaciones, ayudando por lo común a corregir determinadas actitudes en la ejecución de medidas que afectan a la comunidad. Esto viene al caso por la manera en que se hicieron designaciones de candidatos al cargo de candidatos a gobernadores en algunas entidades federativas, lo que es del conocimiento público, que recibieron el rechazo popular votando en contra de las decisiones de la clase gobernante. Baste citar a tres que recibieron el repudio de los votantes, los casos más emblemáticos: Puebla, Oaxaca y Sinaloa. Quedan pendientes algunos más.

Sin mayores preámbulos, con la advertencia de que se puede añadir al número de reglas, las que al ciudadano se le antojen, entremos al desarrollo del tema.

A).- El gobernador saliente se abstendrá de intervenir en los procesos electorales donde se escogerá a su sucesor.

B).- Si se le pide su opinión, no recomendará a un amigo de la niñez, compañero de escuela o cualesquier otro con el que lo liguen sólo razones de amistad o de negocios.

C).- Permitirá que el Poder Legislativo esté constituido pluralmente por lo que se amputará el dedo índice para evitar señalar quienes integrarán la Cámara de Diputados lugareña.

D).- Que la autoridad local electoral quede integrada con personas que le sean ajenas, personas independientes, cuya tendencia de vida sea de absoluta honorabilidad, fuera de toda duda, creándose un cuerpo que revise las elecciones con base en los hechos y no en intereses de grupo.

E).- No gastará un solo centavo del erario público bajo su cuidado en propaganda electoral favoreciendo a alguno de los contendientes por lo cual pondrá a consideración de los electores los gastos de que disponga para participar de acuerdo con la ley en los procesos.

F). Se mantendrá con absoluta imparcialidad para no dar línea a favor o en contra de algún participante.

G). El día de las elecciones se irá de paseo a una montaña lejana donde en el hotel se carezca de teléfono, Internet, radio, fax o cualquier otro medio por el cual pueda enviar o recibir mensajes o, en su caso, prohibido usar señales de humo.

H).- Le acompañará el tesorero estatal, en las mismas condiciones.

H bis).- El secretario de gobierno, con una mordaza en la boca, las manos atadas, evitará se contamine el proceso electoral controlando a los policías para que no se les ocurra apoderarse de material electoral antes de irse.

I).- Se abstendrá de ordenar que se lleven dobles papeletas y dobles urnas, de los escrutinios y demás documentación pertinente.

J).- Dará instrucciones para que nadie se tome el papel de moderno Raffles, vigilando que no haya robo de urnas y se dé parte al procurador electoral en caso contrario.

K).- No invertirá dinero en forzar el acarreo de ciudadanos a las casillas electorales, ni servirá menudo de res a los asistentes.

L).- Dará instrucciones para que no se paguen inserciones en los periódicos en defensa o a favor de alguno de los candidatos que haya participado en el proceso.

Hasta aquí el manual.

Se les hace un llamado a los ejecutivos estatales para que se den cuenta que el horno no está para bollos. Son muchos los problemas que aquejan a la sociedad -desempleo, inseguridad, violencia, pobreza extrema, explotación, etcétera- por lo que la única vía es la de permitir que el pueblo legitime con su voto a sus gobernantes. Impedir que un candidato popular obtenga un triunfo en las urnas es sembrar cardos.

La manera de apagar fuegos no es echándole petróleo a la horrible hoguera que hoy atosiga a la colectividad. Se vive, si es que eso es vida, un clima de ansiedad, como nunca. Se está llegando a la culminación de muchos años de injusticia social. Hay una élite que quiere el cambio para igual que el gatopardismo seguir obteniendo las ventajas económicas que los tiene gordos y colorados. Los grupos de poder quieren tener en el despacho de los gobernadores a personas que no le rindan cuentas nadie sino a ellos. Aplauden a los que obtienen victorias electorales, con procedimientos que dejan mucho que desear, porque forman una urdimbre que les permite seguir gozando de sus canonjías. Tienen el poder político y no van a permitir que nadie se los arrebate. Quieren gobernadores afines para cuando llegue el momento de elegir al huésped de Los Pinos. Es mucho lo que está en juego, por lo que permiten sin chistar los excesos de los poderes locales. Hay un pacto no escrito de impunidad. En fin, son mafiosos, gachos y de mala ley.

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