A ritmo de maracas desde un Rolls Royce, disfrazados de rana o con altavoces en las paradas de metro, los candidatos a las próximas elecciones al Senado en Japón buscan estos días votos con los medios más imaginativos en una colorida campaña electoral.
A ritmo de maracas desde un Rolls Royce, disfrazados de rana o con altavoces en las paradas de metro, los candidatos a las próximas elecciones al Senado en Japón buscan estos días votos con los medios más imaginativos en una colorida campaña electoral.
Un variopinto abanico de partidos concurre a los comicios del próximo domingo para renovar la mitad de los 242 escaños de la Cámara Alta nipona, una prueba de fuego para el gobernante Partido Democrático (PD), que quiere revalidar su histórica victoria en las generales del año pasado.
Solo por la circunscripción de Tokio se presentan veintidós partidos y candidatos independientes, que para las largas jornadas de campaña han echado mano de sprays de oxígeno, bebidas energéticas y grandes paraguas para aguantar las altas temperaturas y lluvias torrenciales de esta época.
Todas las formaciones siguen las estrictas normas que regulan las campañas electorales en Japón: se pueden pegar carteles sólo en unos paneles numerados colocados en lugares estratégico; no se pueden usar altavoces después de las 20.00 horas; y se pueden repartir sólo un número determinado de folletos.
Los pasquines, las furgonetas con propaganda y los mítines son las herramientas más utilizadas por los partidos para dar a conocer sus programas, aunque, en vista del alto nivel de indecisión, muchos buscan atraer a los votantes con medios más originales.
Así, los conservadores del Partido Liberal Demócrata (PLD), el principal de la oposición, circulan con furgonetas desde las que dos voluntarios disfrazados de grandes perros saludan amigablemente con la mano para llamar la atención de los paseantes en medio de eslóganes políticos.
Al Partido Comunista le respaldan en cambio las ranas de la red "Kaeru", un término que en japonés significa "rana" pero también el verbo "cambiar".
Los "Kaeru", disfrazados de estos batracios, reparten folletos a las salidas de algunas bocas de metro para criticar a los grandes partidos que, a su juicio, utilizan a la población como mano de obra desechable.
Entre los más excéntricos de la campaña se encuentra sin duda el candidato que se presenta con el nombre de "Jesucristo", un licenciado en comercio cuyo nombre real es Mitsuo Matayoshi y que conjuga religión y política en un programa electoral de tintes comunistas.
Al frente del Partido de la Comunidad Económica Mundial que él mismo fundó, Matayoshi, de 66 años, se ha presentado ya en once ocasiones anteriores a unas elecciones en Japón, pero nunca ha logrado ser elegido.
Este eterno candidato, que en las generales del verano pasado tuvo 718 votos, aspira a lograr su ambicionado escaño con mítines en Tokio en los que, a golpe de altavoz, promete "regir la política como Dios manda".
En la campaña tokiota hay también otros viejos conocidos, como Mac Akasaka, del Partido de las Sonrisas, que circula estos días por las calles de la ciudad asomado de un Rolls Royce blanco, agitando un par de maracas y con una curiosa coreografía que conjuga baile, canto y eslóganes políticos.
Akasaka, de 61 años, consiguió en las elecciones del año pasado 987 votos con una campaña en la que trataba de arrancar carcajadas a los viandantes a ritmo de pandereta, con un programa que defendía alcanzar la felicidad y el éxito a través de la sonrisa para hacer de Japón un país alegre y activo.
En el concurrido cruce de Shibuya, la arteria comercial de Tokio, se reúnen en cambio estos días los seguidores del Partido de la Consecución de la Felicidad, que se autodefine como "el equivalente japonés de los Republicanos de EU", según dijo a Efe uno de sus portavoces, Jikido Aeba.
Ataviado con traje y corbata y guantes blancos, Aeba lanza estos días desde el cruce más famoso de Tokio proclamas para aumentar el presupuesto de Defensa "para estar preparados ante China y Corea del Norte", sin que la mayoría de los transeúntes le lance siquiera una mirada.
Según la última encuesta de la agencia Kyodo, el 27 por ciento de los votantes respaldaría al gobernante PD, mientras que menos de un 20 por ciento optaría por el opositor PLD y un 39,8 por ciento todavía no tiene un candidato, a la espera de que alguno le convenza durante esta campaña.