El arzobispo de la Arquidiócesis de León, José Guadalupe Martín Rábago, resaltó la seriedad de los dichos de su homólogo de Durango, Héctor González Martínez, quien en dos ocasiones ha dado pistas sobre la localización de Joaquín "El Chapo" Guzmán, pero destacó que no le compete al religioso acudir a las autoridades, sino al contrario.
El clérigo destacó que en muchas ocasiones las personas no acuden ante las autoridades a denunciar algún hecho grave por desconfianza y temor.
"Yo te digo: si tú sabes algo que en realidad tiene que ver con la ubicación de personas muy importantes ¿tú te animarías a ir a decirles?, ¡aaah!, ¿ya ves?, ¡ahí está la cosa!; de hecho existe en general una especie de desconfianza de decir: si voy a hablar al oído de una persona, ¿no estaría hablando al oído del que va a ser mi sicario?", señaló.
Entonces, agregó: "Pues ahí estamos ante situaciones que de veras son muy complicadas. ¿Cuántas veces hemos podido constatar que alguien va y hace una denuncia ante una persona creyendo que se trata de personas que efectivamente se comprometen a luchar por la justicia y a veces están coludidas también?
Entonces, eso es lo que en el fondo hace que la gente pues no quiera comprometerse en hacer denuncias, por la falta de confianza. Yo no sé si esa sea la sensación que tiene el señor Arzobispo Héctor González Martínez, no lo sé, pero lo que digo es que el ambiente en que vivimos es un ambiente que nos pone en una situación de temor y de dudas y si es o no conveniente hacer una denuncia cuando no sabemos exactamente a quién estamos denunciando algo tan grave".
Martín Rábago señaló que en una ocasión conversó con el Arzobispo de Durango sobre la declaración que ha hecho ante la prensa sobre "El Chapo" y le comentó que "sí hay un rumor esparcido y constante de mucha gente que sabe".
"De tal manera que él mismo no lo ha visto, pero oye a las personas del lugar que le comentan, sin duda gente confiable a las que él cree que le están diciendo la verdad. Si él lo ha dicho y las autoridades no lo llaman, quienes tienen la obligación de esclarecer las cosas, son las autoridades", precisó el prelado guanajuatense.
El religioso comentó que van dos veces que el Arzobispo de Durango ha hecho señalamientos en el sentido de que "en lugares muy fijos, muy determinados, se encuentra presente El Chapo; es una persona seria, yo creo que es difícil que haga una afirmación tan grave como ésta si no tiene conocimiento de la realidad, eso me hace pensar que algún dato debe de tener".
Argumentó que eso no obliga al prelado a acudir a las autoridades, sino que tienen que ser éstas quienes tienen que llamarlo si creen que es una obligación citarlo, yo no lo sé.
NARCOLIMOSNAS
El titular de la Arquidiócesis Metropolitana del Bajío, José Guadalupe Martín Rábago, instruyó a los sacerdotes a no recibir aportaciones del crimen organizado. Un dinero manchado con muerte y con sangre "no puede servir ni para construir iglesias", acotó.
El Arzobispo dijo no tener conocimiento de que se hayan recibido narcolimosnas en templos de la demarcación y los presbíteros saben que no se debe recibir un aporte económico proveniente de negocios ilícitos.
Admitió que en casos puede resultar difícil saber quién es la persona que hace el donativo y su procedencia, por lo que puede suceder que haya limosnas que provienen de negocios ilícitos.
"Lo he comentado a los sacerdotes, esa es mi convicción y la de todos los obispos: no recibir ningún tipo de donativos que conste que provienen de un dinero manchado con sangre, de ninguna manera", aseveró.
El jerarca de la Iglesia católica dijo que una persona que se dedica a hechos criminales está equivocada si cree que la manera de purificar su conciencia es aportando dinero a la iglesia.
"Quienes han lucrado a base de muerte y de rapiña tienen que devolver, tienen que restituir a quienes les arrebataron y no basta con simplemente entregar a la Iglesia, eso está claro", dijo.
Martín Rábago subrayó que nunca ha recibido ni una oferta de donativos ilícitos y tampoco la aceptaría.
"Nadie me ha dicho: ‘me están ofreciendo un millón de pesos que huele a mariguana', si a mí me dijeran yo les diría: ‘¡No!, aunque sea un millón de pesos, de ninguna manera' ", remató.
Comentó que si algún sacerdote, sin darse cuenta, estando desprevenido recibió algo y después le consta que viene del crimen organizado es su responsabilidad devolverlo.
