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LA ORDEN DE LA VISITACIÓN DE SANTA MARÍA

JACOBO ZARZAR GIDI

San Francisco de Sales nació el 21 de agosto de 1567, en el Castillo de Sales. Su vida es una de las más impresionantes y llena de actividades admirables. Su madre, Francisca, antes de que el niño naciera, vio en sueños que el oficio de su hijo sería el de ir recorriendo los campos como un buen pastor recogiendo las ovejas extraviadas y llevándolas otra vez al rebaño. Desde niño ya en la escuela va escribiendo y coleccionando las frases más bellas que escucha.

El día de su Primera Comunión se propuso hacer cada día una visita al Santísimo Sacramento en el templo. La primera frase completa que sus padres recordaban haberle oído decir fue: “Mi Dios y mi madre, me aman mucho”. La mamá lo formó en una gran devoción a la Santísima Virgen, y esta devoción lo librará de muchísimos peligros. Su padre lo envió a París a estudiar en el colegio de los nobles y ricos, pero él prefirió más bien ir al colegio de los Padres Jesuitas porque allá formaban mejor la personalidad y enseñaban más religión.

En París aprendió todas las reglas del más exquisito trato social, y esto le servirá después inmensamente para tratar a toda clase de personas. Tenía muy buenas dotes intelectuales y se propuso desde la infancia aprovechar al máximo las cualidades que Dios le había dado. Estudió mucho a San Agustín y de él aprendió a comprender de manera maravillosa el alma humana. En la Universidad de Padua lo atacan varios estudiantes malos, para humillarlo por ser tan piadoso.

Pero como en París había aprendido muy bien el arte de la esgrima, sacó su espada y los desarmó a todos. Cuando los vio derrotados les dijo: “Agradezcan que soy creyente y por eso no los hiero ni les hago mal”. Los estudiantes corrompidos prepararon a una mujer impura para que con pretexto de visita de estudios hiciera pecar a Francisco.Éste la hizo salir huyendo avergonzada de haberse atrevido a tratar de hacer pecar a un joven que prefería la muerte antes que ofender a Dios. Estos dos hechos se hicieron muy conocidos en toda la ciudad, y en el día en que la Universidad le confirió el doble doctorado en Derecho Civil y en Derecho Canónico, el Rector lo elogió públicamente por tan valientes actitudes.

Una de las frases preferidas de su director espiritual era: “El buen Dios nos dio un alma maravillosa en un cuerpo formidable. Nuestra alma y nuestro cuerpo son dos creaciones valiosísimas de la sabiduría de Nuestro Señor”. El día de su ordenación sacerdotal la gente vio su cabeza iluminada con un resplandor impresionante. Este resplandor aparecerá sobre su cabeza varias veces más en ocasiones muy solemnes de su vida.

La amabilidad de este santo llegó a ser tan admirable que SanVicente de Paúl exclamaba: “Oh Dios mío, si Francisco de Sales es tan amable, ¿cómo serás tú? Parecía no cansarse de predicar, de enseñar catecismo, de visitar enfermos y de repartir ayudas a los pobres. Tenían que esconderle sus propias ropas porque regalaba a los necesitados todo lo que tenía y se quedaba hasta sin ropa para cambiarse. Inspirado por el Espíritu Santo fundó la Comunidad de La Visitación, para religiosas, y les impuso un Reglamento tan suave y bondadoso, que hasta las almas más débiles pueden cumplirlo. Santa Juana de Chantal se convirtió en la más activa colaboradora de San Francisco de Sales en la fundación de la Comunidad de las Hermanas de la Visitación.

Desde el primer día en que se encontraron, San Francisco de Sales y Santa Juana de Chantal, se dieron cuenta de que estaban destinados a ayudarse fuertemente en lo espiritual el uno al otro. La santa hizo con él una confesión general de toda su vida, y le pidió que fuera su director espiritual. Esta amistad la hará progresar mucho en la perfección. San Francisco de Sales –ya como obispo de Ginebra, había preparado con muchos años de oración y de meditación la fundación de la nueva comunidad de religiosas.

Las llamó Hermanas de la Visitación de la Santísima Virgen. Francisco encontró en Juana de Chantal la mujer ideal para que le dirigiera su comunidad de mujeres. Por lo tanto, en el año 1610, los dos santos emprendieron la fundación de esta nueva Congregación de clausura –basada en la de San Agustín, que tantos triunfos religiosos le iba a proporcionar a la Iglesia Católica. San Francisco repetía que cada una de estas casas deberá convertirse en un hospital de almas a donde pueden acudir quienes tienen el alma enferma, pero desean conseguir su curación espiritual.

La humildad y la mansedumbre (calma, apacibilidad y dulzura), debían ser la regla de la Orden y base de su observancia. San Francisco les dijo: “En la práctica, la humildad es la fuente de todas las otras virtudes; no pongáis límites a la humildad y haced de ella el principio de todas vuestras acciones”.

El compromiso cristiano del padre de Juana de Chantal había formado a su hija con una rigidez especial, preparándola para problemas terribles que se le pudieran presentar en la vida, y esta formación le llegó muy oportuna, porque la cantidad de dificultades que se le fueron presentando, parecía interminable. Muertes familiares, epidemias, accidentes, etc.

En 1622 murió San Francisco de Sales, dejándola sola al frente de una numerosa Comunidad, recién fundada, y luego llegó la peste que acabó con buena parte de las religiosas que la integraban. Además de todo esto, la alta sociedad no dejaba de criticarla y burlarse de ella por haber entrado de religiosa.

San Francisco de Sales antes de fallecer le escribió para reconfortarla: “Si usted se hubiera casado nuevamente después de quedar viuda, con un señor riquísimo, la gente no la criticaría, pero como se dedicó a servir al Creador del cielo y de la Tierra, ahora sí la critican sin compasión. Ánimo, trabaje y haga el bien incansablemente, dejándolos que murmuren hasta que revienten”. En 1641 a los 69 años de edad, había visitado ya uno por uno los 65 conventos que su comunidad tenía en varios países. Extenuada y falta de fuerzas a causa de tanto trabajar y sacrificarse por la salvación de las almas, santa Juana de Chantal, religiosa y mística francesa, cofundadora de la Orden de la Visitación de Nuestra Señora, expiró santamente el 13 de diciembre de ese mismo año.

El Papa Clemente XIII la declaró Santa en 1767. En un precioso vitral de la Basílica de la Visitación en el monasterio de Annecy en la Alta Saboya se observa a Santa Juana de Chantal escuchando con mucha piedad y devoción por primera vez un sermón de San Francisco de Sales.

La Comarca Lagunera ha sido bendecida desde hace 23 años al tener en su territorio la presencia de las Hermanas de la Visitación de Santa María. Ellas agradecen a Dios por los 400 años de estar presentes en la Iglesia con los carismas de los santos padres: Francisco de Sales y Juana de Chantal.

El convento se localiza en el bulevar Torreón-Matamoros Km. 13, sitio donde el señor Obispo celebrará una misa de acción de gracias el día 09 de junio del presente a las 7.00 p.m. Históricamente apoyado por nuestros pastores y un gran número de bienhechores que por humildad permanecen ocultos, ha ido floreciendo en el árido desierto de Coahuila. A sus plegarias, a su sencilla alegría, a su arduo trabajo, y a su bendita clausura alejada de este mundo -pero al mismo tiempo integrada a él, les debemos que hayamos sido librados de muchas otras cosas malas que pudieron habernos sucedido.

jacobozarzar@ yahoo.com

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