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EL OPTIMISMO

JACOBO ZARZAR GIDI

“Éste es el día que Nuestro Señor ha hecho. Nos regocijamos y alegramos de ello”. (Salmo ll8-24)

Conozco personas inteligentes, que desde hacemuchos años desarrollan en lo personal y con su familia, el hábito del optimismo y de la felicidad. Cultivan un corazón alegre y de esa manera transforman su vida convirtiéndola en una fiesta continua.

Del hábito de la felicidad resulta una existencia feliz que puede acarrear cosas positivas. Son personas que tienen la costumbre de desechar automáticamente todo lo negativo que llegue a su persona y a su familia. Jamás aceptan lo malo, ni siquiera lo mencionan. Diariamente hacen una lista de pensamientos felices que evocan en su mente. Si llega a penetrar un pensamiento de infelicidad, de inmediato lo detienen, lo arrojan de su lado y lo sustituyen por otro de felicidad. Tienen la costumbre de hacer pasar a su cerebro únicamente imágenes de experiencias felices que esperan tener durante el día, y hacen de la sonrisa frecuente la mejor vitamina que pueden llegarse a encontrar.

Pero, también existen personas desdichadas y pesimistas que todas las mañanas le dicen a su mujer: “Con toda seguridad, éste va a ser otro día muy difícil”. Se imaginan y afirman que tendrán en las siguientes horas un resultado desventurado, haciendo de su vida un sitio donde convergen situaciones catastróficas que tal vez jamás se presentarían en la realidad.

Es muy agradable encontrarse con personas que mantienen su corazón ausente de cosas negativas y tristes, sin odios y con una mente libre de preocupaciones innecesarias. Es admirable cómo la gente puede lograr la felicidad a través de una experiencia interna de cambio espiritual. Hoy día, lo inteligente es tener, vivir y gozar de una existencia espiritual intensa. Las personas alegres colorean el mundo, y las personas tristes acaban con él. Mientras los pesimistas frenan, los optimistas aceleran y consiguen el triunfo. El optimismo no es cualidad de un solo día, recordemos que la constancia es la reina de las virtudes y hermana de la fortaleza. Para ser optimistas debemos ser fuertes frente a la adversidad.

El optimista sabe que, aunque le quede accidentalmente una sola cuerda a su violín -como le sucedió un día al maestro llamado Paganini, seguirá tocando, a pesar de que otros resuelvan parar su actuación. Si los resultados están mal, reinventa el futuro con innovación continua. Sigamos adelante frente a lo aparentemente imposible.

El secreto de todas las victorias está en saber “volver a empezar”, en sacar la lección de un fracaso, y después intentar una vez más. Mucha gente hace de su vida “algo difícil”, desperdiciando energía y poder al estar irritándose y afligiéndose innecesariamente, viviendo en una constante mortificación. Al encontrarse en ese estado, no observan que el árbol que se encuentra plantado desde hace mucho tiempo en el jardín de su casa, tiene ahora sus hojas de otro color, y su tronco luce bellísimo de un café intenso. No se dan cuenta que a temprana hora, varias aves cantaron frente a su ventana y no fueron escuchadas. No se enteran de que un leve rocío se depositó sobre el zacate, y al salir el sol desapareció. Cada día, puede ser el más hermoso que hayamos visto, pero es muy importante tener los ojos, el corazón, el espíritu y la mente dispuestos para observarlo. Por las prisas y el enojo, no descubren la ternura de los nietos, ni las palabras de amor que ellos dirigen al abuelo. Ignoran que la tensión no les dará nada bueno y que se encuentran cavando su propia tumba.No se han dado cuenta la bendición que es tener la sangre en los parámetros normales, y que su corazón trabaje cual debe de ser.

Hay gente maravillosa que se ha pasado toda la vida quitando obstáculos, y hasta la fecha no ha encontrado uno que no pueda eliminar. Para hacerlo, utilizan la fe, el entusiasmo y la buena disposición para el trabajo. La satisfacción que se siente al enfrentarse a las dificultades y vencerlas con la ayuda de Dios, no tiene comparación. La seguridad personal que se produce con el paso de los años, puede ayudar a otras personas que se detienen a medio camino y quieren echar reversa. El primer paso contra un obstáculo, es enfrentarlo, sin lamentarse, sin deprimirse, sin quejarse, pero atacándolo enérgicamente. Por lo tanto, no debemos caminar encorvados, de hinojos y medio vencidos. La vida es un cuaderno en el cual escribimos diariamente nuestra propia historia, y es muy triste que con el paso del tiempo, únicamente encontremos registro de problemas y no de soluciones.

Cuando conozco a un buen sacerdote, me agrada platicar con él, saber de su vocación, de su alegría personal por ser “otro Cristo”, y de su misión apostólica.Me doy cuenta que su sacerdocio es un inmenso regalo de Dios al mundo; es Jesús que pasa haciendo el bien, curando enfermedades del alma, dando paz y alegría a las conciencias. Es el instrumento vivo de Cristo en el mundo, que presta a Nuestro Señor la voz, las manos y todo su ser.

Un sacerdote santo es para la humanidad más valioso que todos los bienes materiales y humanos juntos. Por esome agrada mucho conocer a un sacerdote alegre, sin prisas, que tiene tiempo para escuchar, que aprovecha cada minuto de su vida para evangelizar, para hablarnos de Cristo, para interesarnos en la salvación de nuestra alma. Por el contrario, no me gusta toparme con un sacerdote triste, indeciso, titubeante, distraído, que tiene la costumbre de hablar de política. ¿Para qué quiero yo escuchar a un sacerdote hablar de política...? El optimismo es un don de Dios que debemos alcanzar con esfuerzo y espontaneidad, porque con toda seguridad hace mucho bien al mundo. Nuestros hijos y nietos nos quieren optimistas, ése será el mejor alimento para su alma en crecimiento. El vivir con una constante preocupación es un hábito enfermizo y destructivo. La preocupación es la más oculta y demoledora de todas las enfermedades humanas. Miles de personas permanecen enfermas por estar presas de ansiedad. Estos enfermos son incapaces de expulsar la ansiedad, causándoles una serie de trastornos en su salud. El que vive preocupado, es probable que viva menos tiempo que las personas que aprenden a vencer sus dificultades. Un científico experto en longevidad hizo un estudio a cuatrocientas cincuenta personas que vivieron hasta los cien años. Encontró que esa gente vivió una vida larga y feliz por las siguientes razones: 1.- Se mantuvieron ocupadas. 2.- Fueron moderadas en todos sus actos. 3.- Comieron poco y sobriamente. 4.- Hicieron de su trabajo y de su vida una constante diversión. 5.- Se acostaron temprano y se levantaron temprano. 6.- Se libraron del miedo y de las preocupaciones, especialmente del temor a la muerte. 7.- Tuvieron una mente serena, intensa espiritualidad y una gran fe en Dios. Cuando tenemos miedo, lo tenemos no sólo en la mente, sino también en el corazón, en el cerebro y en las vísceras.

Nuestro miedo y nuestras preocupaciones se notarán en las células, en los tejidos y en los órganos del cuerpo. Una gran cantidad de médicos en el mundo atienden diariamente casos de enfermedades que han sido causadas directamente por el temor y agravadas por la preocupación y los sentimientos de inseguridad.

Pero, no nos desanimemos, las preocupaciones se pueden vencer. Lo primero es estar convencidos de poder hacerlo con la ayuda de Dios y con nuestra firme determinación. Después, necesitamos vaciar la mente de toda la basura negativa que en el curso del día se nos va presentando. jacobozarzar@yahoo.com

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