Una terrible semana registró México en vísperas de las elecciones a celebrarse el próximo 4 de julio en catorce estados.
La pesadilla inició el sábado por la noche con el crimen del cantante de música grupera Sergio Vega, quien fuera acribillado sobre la carretera internacional 15 cerca de Ahome, Sinaloa. El popular "Shaka", originario de Sonora, tenía entre sus géneros musicales preferidos a los narcocorridos.
El domingo México entero sufrió una decepción por la derrota por 3 a 1 del Tri en Sudáfrica que dejó un pésimo sabor de boca tanto por el descomunal error del árbitro en el primer gol como por el fatal desliz de Osorio en el segundo tanto de Argentina.
Para colmo un grupo de mexicanos alcoholizados, entre ellos el director de Fonatur, Miguel Gómez Mont, protagonizó un penoso zafarrancho contra familiares del equipo tricolor en un exclusivo palco del estadio de Soccer City de Johannesburgo.
El lunes por la mañana fue brutalmente asesinado el candidato del PRI a la gubernatura de Tamaulipas, Rodolfo Torre Cantú, cuando se dirigía al aeropuerto de Ciudad Victoria junto con su comitiva.
Cinco personas murieron en la emboscada realizada por un comando de sicarios vestidos con uniformes militares y quienes ejecutaron su misión con una espectacular precisión.
El crimen de Torre, a quien se daba como seguro ganador, causó un profundo pesar en la sociedad tamaulipeca y un rompimiento entre el Gobierno de Felipe Calderón y la dirigencia del Partido Revolucionario Institucional.
A cuatro días del incidente no existen detenidos ni avances notorios para dar con los culpables de la masiva ejecución. Las evidencias apuntan al crimen organizado, en especial al violento grupo de Los Zetas, pero sin descartar una posible venganza entre las camarillas de poder ante el calor de las campañas electorales.
Tamaulipas ha sido férreamente dominado por el PRI desde hace muchas décadas y en los últimos años ha sido una de las regiones más castigadas por la violencia del narcotráfico. Versiones señalan que los últimos gobiernos dieron entrada y cobijo al crimen organizado sin olvidar los nexos que personajes como Raúl Salinas de Gortari tuvieron con el Cártel del Golfo.
De tiempo atrás los medios de comunicación tamaulipecos dejaron de informar sobre actividades del narco ante los atentados sufridos y es de todos conocidos que Tamaulipas vive bajo el control de los delincuentes, quienes exigen derecho de piso a comercios y negocios de la región.
Por todo ello sorprendió el duro reclamo que la presidenta del PRI, Beatriz Paredes, hizo al presidente Calderón tal como si él fuera responsable de la ejecución del candidato Torre.
Este crimen hizo recordar el artero atentado contra Luis Donaldo Colosio, hace ya 16 años en Tijuana, porque a pesar de las circunstancias tan distintas, los objetivos son idénticos: desestabilizar el sistema político y eliminar al candidato incómodo para los intereses de los criminales.
¿Pero quién o quiénes son los personajes que ordenaron la emboscada con tan asombrosa efectividad y con la aparente complicidad de algún miembro del equipo de Rodolfo Torre al filtrar información sobre la ruta, horario y otros detalles logísticos?
Finalmente la tragedia motivó nuevos cuestionamientos sobre la estrategia de Calderón en contra del narco porque resulta inaudito que 25 mil mexicanos hayan sido asesinados en el sexenio, además de que la ola de violencia avanza sin freno a lo largo y ancho del territorio mexicano.
El Gobierno Federal requiere un cambio en su estrategia para alcanzar una mayor efectividad en el combate al crimen y al mismo tiempo reducir de forma drástica los índices de violencia.
Atacar de frente al narco no parece ser la mejor vía porque finalmente los cárteles de la droga tienen los recursos económicos y humanos para enfrentar al Estado. Urge entonces buscar otros caminos como bloquear los flujos de dólares y armas del extranjero a México, así como arrancar de raíz los contubernios entre funcionarios y narcotraficantes.
En pocas palabras, más inteligencia y menos balazos.