Un reciente bombardeo estadounidense realizado con cohetes en Pakistán mató a uno de los integrantes de la lista de terroristas más buscados por el FBI, un sospechoso de haber planeado el secuestro de un avión en 1986 y por el que se ofrecía una recompensa de 5 millones de dólares, indicaron el viernes tres agentes del servicio de espionaje paquistaní.
Su muerte sería una victoria para la CIA y su campaña de misiles contra objetivos militares en la región tribeña de Pakistán, que ha cobrado virulencia en las últimas dos semanas. El ataque del jueves al parecer no logró eliminar al jefe del Talibán en Pakistán, Hakimula Mehsud. Sus seguidores difundieron el viernes una cinta de audio en la que Mehsud desmentía su muerte, aunque nunca se refirió específicamente al bombardeo.
Los funcionarios de espionaje dijeron que el ataque con cohetes del 9 de enero mató a Jamal Saeed Abdul Rahim. La página de internet del FBI dice que es un palestino y que posiblemente tienen ciudadanía libanesa. Los funcionarios paquistaníes dijeron que era miembro de al-Qaida, aunque el FBI sostiene que era miembro de del grupo terrorista Abu Nidal.
Según la página del FBI, es buscado por su presunta participación en el secuestro el 5 de septiembre del 1986, del vuelo 73 de Pan American World Airways durante una escala en la ciudad meridional paquistaní de Karachi. Unos 20 pasajeros y tripulantes, entre ellos dos estadounidenses, murieron en el ataque.
Los tres funcionarios de espionaje hablaron a condición de guardar el anonimato por carecer de autoridad para hablar con los medios informativos. Basaron sus declaraciones en confidentes y fuentes militares.
Era prácticamente imposible verificar la información porque el acceso al área está restringido.
Mientras tanto, Estados Unidos ha mantenido una intensidad sin precedentes en el uso de misiles, utilizando cuatro más el viernes para abatir una vivienda y matar a tres personas en la región tribal de Waziristán del Norte. Fue el noveno ataque de ese tipo en la zona en unas dos semanas.
Waziristán del Norte es considerado un santuario clave para varios grupos insurgentes armados, entre ellos lo relacionados con al-Qaida y centrados en combatir con las fuerzas estadounidenses en Afganistán. Además, Pakistán se ha visto muy presionado para que lance una amplia ofensiva en la región.
