Revive violencia. Agentes de Policía interrogan en la madrugada de ayer a los sobrevivientes del centro de rehabilitación para adictos en Tijuana donde 13 internos fueron asesinados la noche del domingo por un grupo de hombres fuertemente armados que accedió al edificio y los acribilló. EFE
El procurador general de Justicia de Baja California, Rommel Moreno, informó que las primeras líneas de investigación del asesinato de 13 personas en Tijuana apuntan al decomiso de 134 toneladas de marihuana, presuntamente de un cártel y a una pugna entre bandas de narcomenudistas.
La noche del domingo, un comando ingresó al centro de rehabilitación El Camino AC y fusiló a un grupo de internos. Minutos después del ataque, desconocidos interfirieron la frecuencia de radio policiaca para advertir que esto es "una prueba de lo que es Juárez" y amenazaron con que serán 135 asesinatos, en posible alusión a las 134 toneladas de marihuana que autoridades bajacalifornianas decomisaron el 18 de octubre.
De manera intermitente retomaban la señal policiaca para tocar música, al parecer narcocorridos, mientras insistían que esto "apenas empieza".
El centro de rehabilitación El Camino AC, no contaba con aviso de funcionamiento ante la Secretaría de Salud, confirmó el titular de la dependencia, José Guadalupe Bustamante Moreno.
En un boletín de prensa, explicó que las instalaciones ubicadas en la calle Puerto Escondido, de la colonia Buenos Aires Sur, no son parte del padrón oficial integrado por 162 centros de atención para el tratamiento de adicciones.
NOCHE DE TERROR Cerca de las 21:00 horas del domingo, al menos cuatro hombres armados irrumpieron en el centro El Camino AC. Según la versión transmitida por un testigo a la Policía, los pistoleros sacaron a sus víctimas, las colocaron frente a un muro y les dispararon con armas de largo alcance. No hubo heridos.
Directivos de sitios para atención de adictos pidieron mayor seguridad en sus establecimientos para evitar ataques como el ocurrido la noche del domingo.
José Luis Ávalos López, director de los Centros de Integración y Rehabilitación para Alcohólicos y Drogadictos (CIRAD), repudió el homicidio masivo y reclamó a las autoridades intensificar el control de esos establecimientos, mediante estudios socioeconómicos y antidoping a los responsables.