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Medios bajo fuego

NUESTRO CONCEPTO

La semana pasada fue de angustia para los medios de comunicación en La Laguna y en todo el país. Tres periodistas, un reportero y un camarógrafo de Televisa y un camarógrafo de Multimedios, fueron secuestrados y tomados como fichas de negociación para que sus televisoras difundieran mensajes de un grupo del crimen organizado.

La barrera que se cruzó el lunes pasado envió una ola de temor en las redacciones del país. Ningún medio estaría exento de esta presión cuando involucrara la vida de un comunicador.

Tras acceder inicialmente a la negociación con los captores de sus reporteros, Televisa y Milenio terminaron por resistir las presiones para difundir más contenidos, en una postura que buscaba evitar que otros periódicos, radiodifusoras o televisoras fueran puestos en la misma situación.

Afortunadamente, la presión de medios de comunicación nacionales e internacionales, así como de Organizaciones No Gubernamentales, logró que el Gobierno Federal actuara.

El Gobierno de Durango fue desplazado por completo de un delito que lo involucraba directamente, pues el plagio ocurrió en Gómez Palacio. La Administración del gobernador Ismael Hernández Deras no aportó nada para evitar el secuestro o para combatirlo con éxito.

Por el contrario, puso en riesgo la vida de los plagiados cuando el secretario de Gobierno, Oliverio Reza, en una declaración tan irresponsable que raya en lo criminal, dio a conocer el secuestro aún cuando había una negociación en puerta. La misma pauta tomó la Comisión Nacional de Derechos Humanos, al difundir la noticia, sin una sola consideración para la seguridad de los involucrados.

Durante varios días se agudizó el temor de más ataques contra los medios de comunicación. Por seguridad, El Siglo de Torreón reservó la noticia hasta que las partes involucradas no dieran una postura al respecto.

El rescate de los periodistas secuestrados no terminará con las amenazas del crimen organizado. Ni con la ola de temor de los laguneros por sufrir en carne propia los efectos de la delincuencia. Hay muchas más víctimas cuyos secuestros no levantaron la misma atención que los plagios de la semana pasada.

Pero el plagio de los periodistas es también el secuestro de la información que necesita la sociedad. El objetivo de las autoridades no debe ser combatir estos hechos una vez que sucedan, sino evitar que sucedan y garantizar el clima de seguridad que merecen todos los ciudadanos.

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