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Mexicana desmantelada

Plaza pública

MIGUEL ÁNGEL GRANADOS CHAPA

 A Pesar de que el procedimiento legal del concurso mercantil tiene por objeto la preservación de las operaciones de una empresa, y de que el lunes pasado Mexicana de Aviación solicitó iniciar dicho proceso, la aerolínea vuela en dirección contraria, buscando su propia insolvencia. Sólo así se entiende su decisión de no vender boletos, lo que equivale a dejar de prestar el servicio (salvo para cumplir con los pasajes adquiridos previamente) y dejar de obtener ingresos.

Esa incomprensible clausura de sus propias operaciones es parte de una estrategia para desmantelar la empresa principal en beneficio de sus filiales, y para que desaparezca la materia de trabajo y en consecuencia se dé por terminada la relación laboral de aquella compañía con los sindicatos de pilotos y de sobrecargos, que a decir de la propia Mexicana son excesivamente onerosos.

Las aerolíneas de bajo costo Clic y Link operan ya más del 95 por ciento del mercado nacional, según información oficial de Mexicana misma. De allí su pretensión de reducir severamente su planta laboral, porque al crear su propia competencia, el campo de acción de la compañía de aviación más antigua del país se ha estrechado deliberadamente. Por lo demás, y también con ventaja para sus filiales, Mexicana se deshizo de sus marcas, que tienen un alto valor patrimonial.

Apenas un año después de la adquisición al Gobierno (es decir al IPAB) de la gran aerolínea troncal, el 10 de enero y el primero de abril de 2007 la Compañía Mexicana de Aviación (CMA) vendió al Grupo Mexicana de Aviación (GMA, la controladora de las acciones de las filiales) la totalidad de sus marcas y avisos comerciales. Extrañamente (en apariencia) la operación se revocó el 18 de diciembre de 2008, cuando ambas partes "celebraron un convenio por el cual se reconoció y acordó que ante el incumplimiento de GMA a determinadas obligaciones... la totalidad de las marcas y avisos comerciales... quedarían bajo la titularidad de Mexicana".

Es que el mes anterior, el seis de noviembre de 2008, se había integrado el Nuevo Grupo Aeroportuario, la empresa que ahora controla a las filiales, es decir que se ha quedado ya con la casi totalidad de las operaciones de la aerolínea troncal, pues las adquirió del Grupo Mexicana de Aviación. GMA vendió al Nuevo Grupo Aeronáutico, el 29 de diciembre pasado, las acciones de las siguientes empresas, según lo notificó a la Comisión federal de competencia, que aprobó esa compraventa:

Compañía Mexicana de Aviación, SA de CV (Mexicana de Aviación), Aerovías Caribe, SA de CV (Clic Mexicana), Mexibail, SAS (Mexibail), Aeropuertos y terrenos, SA de CV (ATSA), Aerosys, SA de CV (Aerosys), Centro de capacitación Alas de América, SA de CV (CCAA), Turborreactores, SA de CV (Turborreactores), Aero Eventos Mexicanos, SA de CV (Aeroeventos), Servicios Frecuenta, SA de CV (Frecuenta), Mexicana MRO, SA de CV (Mexicana MRO), Gamma servicios de negocios, SA de CV (Gamma), Servicios In Eligendo, SA de CV (Servicios In Eligendo) Datatronic, SA de CV (Datatronic), Grupo corporativo Mexicana, SA de CV (Grupo corporativo Mexicana), Aeromonterrey, SA de CV (Aeromonterrey) y Aerolibertad/Aeropacífico, SA de CV (Aeropacífico).

El mismo día, Mexicana de Aviación, que había recuperado la propiedad plena de sus marcas y avisos comerciales, cedió los derechos correspondientes al Nuevo Grupo Aeroportuario. Como se trata de transacciones entre los mismos accionistas, no fue extraño que Manuel Borja Chico, que desde julio de 2007 es director general de Mexicana de Aviación, aparezca en el convenio de cesión de derechos no en esa calidad sino como representante legal del Nuevo Grupo Aeronáutico.

En cambio, sí firmó como director general de Mexicana de Aviación la solicitud de concurso mercantil, presentada ante un juez federal el lunes pasado. No es automática la apertura de dicho concurso mercantil. El juzgador tiene que verificar mediante un visitador que el solicitante se encuentre en los supuestos de la Ley respectiva. Entre ellos se cuenta el incumplimiento generalizado del pago de sus obligaciones, situación que se presenta cuando se deja de cubrir lo debido a dos o más acreedores y cuando la insolvencia alcanza al menos el 35 por ciento de los pasivos después de 30 días de su vencimiento.

Mexicana explicó al público que "el concurso mercantil es un recurso que la legislación mexicana establece para conservar a las empresas y evitar que el incumplimiento de sus obligaciones ponga en riesgo la viabilidad de las mismas y de las demás con las que mantenga relación de negocios". Respecto de su propio caso la empresa espera que el concurso "permitirá reestructurar de forma ordenada los pasivos de CMA y adecuar su estructura de costos, especialmente los laborales, a las condiciones actuales de la industria bajo la protección de la Ley".

El abordamiento de los asuntos laborales no puede ser realizado en el marco de un concurso mercantil. Se trata de materias distintas, regidas por leyes diferentes y que se ventilan ante autoridades que nada tienen que ver entre sí. Quién sabe qué propósito persiga la empresa al anunciar lo que no es posible hacer en ese terreno. Como es igualmente confusa su intención al pretender que espera que al aceptar la solicitud presentada el lunes "el juez ordenará la continuidad de la prestación de servicios con el objeto de preservar la operación de la empresa y garantizar al público consumidor que el servicio no será ininterrumpido", y al mismo tiempo obra en sentido contrario.

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