El eje, el epicentro, el meollo de la trágica situación que vive Mexicana de Aviación se localiza en el esquema en que la línea aérea fue privatizada, en un escenario en que el Gobierno vendió por vender, es decir no ubicó reglas, candados, compromisos...
Se diría que al ex presidente Vicente Fox le urgía favorecer a su amigo, el presidente del Grupo Hotelero Posadas, Gastón Azcárraga Andrade, quien lo alojó gratis en una suite de uno de sus establecimientos ubicado en Paseo de la Reforma, a lo largo y ancho de la campaña presidencial. De hecho, en el ánimo de los observadores se quedó la duda de si fue una chicana el que se hubiera descalificado al otro postor por la firma, es decir el presidente del Grupo Ángeles, Olegario Vázquez Raña, en alianza con la firma española Air Europa.
La explicación oficial era que éste quedaba fuera de la puja porque sus abogados habían llegado con un retraso de 15 minutos a la entrega de posturas, realizada el 30 de noviembre de 2008.
De hecho, se habló de replantear la licitación para enero de 2006. Ahora que la catarata de críticas se hizo mayor al aceptar el Gobierno la postura del grupo Posadas de sólo 165 millones de dólares.
Los analistas serios calculaban un costo mínimo de 700 millones de billetes verdes.
Sin embargo, en afán de justificar la ganga, se dijo que la empresa absorbería un pasivo neto de 294 millones de dólares, en paralelo a otro de 992 millones de pesos por el arrendamiento de aviones de Airbus.
Sin embargo, el monto de los pasivos no se reflejaba en los estados financieros de Cintra, la firma que controlaba a Mexicana de Aviación y Aeroméxico cuando se decidió su privatización fragmentada. La explicación hablaba de que en 1980 Airbus le había otorgado a Mexicana un préstamo de 500 millones de dólares, cuyo último abono de 110 se debía amortizar en el 2007, es decir dos años después de la privatización.
Lo cierto es que nunca se firmó un convenio que permitiera garantizar la amortización de los supuestos adeudos, como tampoco el que el nuevo dueño pudiera vender activos. De hecho, a los pocos días de la compra de la línea aérea el grupo Posadas vendió en 30 millones de dólares la torre insignia de la empresa, lo que redujo el valor de ésta a 135.5 millones de dólares, que bajarían a 128.5 al pelear la firma al Gobierno la inexistencia de supuestos activos.
De acuerdo a los analistas, Mexicana de Aviación tenía existencias en caja a su privatización por 100 millones de dólares por más que en los estados financieros de Cintra, entregados a la Bolsa, ésta contaba hasta el tercer trimestre del 2005 con existencias de tres mil 828 millones de pesos, es decir 363.2 millones de dólares al tipo de cambio de entonces.
La paradoja del caso es que con todas las ventajas a su favor, la Secretaría de Comunicaciones y Transportes no le haya exigido a la línea aérea metas mínimas de inversión, sobre todo de cara a la competencia que se le venía encima con las líneas de bajo costo. Ahora que tampoco hubo reglas de cara a la amortización, para efectos fiscales, de las pérdidas por dos mil 226 millones de pesos que arrastraba la empresa, lo que le habría significado un ahorro tributario de 550 millones de pesos.
¿Se trataba de un regalito adicional por parte del generoso Gobierno foxista?
Y si le seguimos, aunque al principio se dijo que la decisión de privatizar en forma fragmentada a la Corporación Internacional de Transporte Aéreo (Cintra), implicaría respetar los Contratos Colectivos de cada una de las empresas, lo cierto es que Aeroméxico y Mexicana de Aviación le traspasaron, de entrada, parte de su flota a la firma resultante de la integración de Aerolitoral y Aerocaribe, lo que implicó el cambio de adscripción de pilotos, personal de vuelo y de tierra hacia un escenario de menores prestaciones sociales.
Sin embargo, aunque el grupo privatizador colocó en la mesa en la fase previa a ésta, su intención de que se desmantelara el Contrato Colectivo de Trabajo, nunca se llegó a concretar la posibilidad, lo que obligó a la firma, meses después, a presentar una querella ante la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje, alegando inviabilidad bajo las cláusulas de éste. Y si le seguimos, el grupo Posadas, es decir Gastón Azcárraga Andrade, había señalado en su momento que entregaría a una firma profesional el manejo a Mexicana de Aviación y Clink, la exitosa línea aérea de bajo costo que llegó con el paquete. La promesa jamás se cumplió. Como lee usted, pues, se trató de una licitación alocada en la que se colocó la mercancía en el piso y ya.- ¡Pásele, marchantito!
La noticia es que la Compañía Periodística Nacional, editora de "El Universal", liquidó anticipadamente el último tramo de su programa de certificados bursátiles que la colocaban como la única empresa en su tipo en el país en ingresar a la Bolsa Mexicana de Valores. La emisión se había colocado en mayo de 2003 en el marco de un programa de crecimiento explosivo de la compañía, otorgándose una calidad crediticia de "mxA-3", es decir solvencia adecuada. La calificación de Standar & Pour's se elevaría tres años después a "mxA-2", es decir solvencia plena.
En el 2008, ante la volatilidad de los mercados financieros internacionales, la emisora se acogió a un programa temporal de apoyo instrumentado por Nacional Financiera, del que se retiraría un año más tarde, regresando a su posición original de constituirse en aval de la emisión.
Ahora que ese mismo año, ante el agudizamiento de la crisis global, la calificadora volvió a ubicar la emisión en un nivel de "mx.3", a lo que respondió la empresa liquidando un tramo de 50 millones de los 120 obtenidos. Sí hay solvencia, pues.
El resto se liquidó ayer en forma anticipada.
La posibilidad se pudo lograr gracias a un cuidadoso esquema de reingeniería financiera que le permitirá acceder sólo a esquemas de financiamiento de largo plazo.
DESNUDAN A CRUZ AZUL
De acuerdo a una grabación de poder del columnista, en la fase previa a la celebración de la asamblea de socios de la cooperativa Cruz Azul en que se ratificó como presidente y director general a Guillermo Álvarez Cuevas, se reunió el cuñado de éste y ex director jurídico de la empresa, Víctor Garcés, con directivos afines al ratificado, para discutir la forma de impedir que los detractores pudieran ingresar a ésta. Concretamente se hablaba de los "notoriamente opositores".
En la reunión se festinó la destitución de Alfredo Álvarez Cuevas de su cargo en la empresa ("Alfredo está muerto"), por haber planteado una denuncia por supuesto "lavado de dinero" por parte de los directivos de la cooperativa.
En la plática se dan detalles de cómo se ordenó sellar sus oficinas y se instrumentaron los cargos en su contra.
OTRO FRAUDE INMOBILIARIO
La Procuraduría Federal del Consumidor acumula ya un grueso expediente de denuncias contra la empresa Vi Inmobiliaria, aparentemente encabezada por Iván Villanueva, a quién se acusa de fraude.
Los denunciantes entregaron un enganche de 250 mil pesos para obtener una residencia media en el desarrollo La Arboleda, que se ubicaría en Lago de Guadalupe, Cuautitlán Izcalli.
El compromiso de la inmobiliaria era entregar las viviendas en enero de este año... con la novedad de que aún no se coloca la primera piedra.
El caso es que los funcionarios de la empresa ya ni siquiera contestan las llamadas de los afectados.