Conferencia. Antoni Femenia habló a los estudiantes de la UJED sobre 'Alimentos funcionales' en el Simposium de la FCQ.
México carece de una reglamentación en torno a los alimentos funcionales, a diferencia de países europeos como España, donde las disposiciones son muy estrictas y se aplican sanciones severas cuando se promocionan "productos que ofrecen volver a la juventud o cierto grado de bienestar".
Antoni Femenia, profesor titular de Ingeniería Química en la Universidad de las Islas Baleares en Palma de Mallorca, España, habló ayer a los estudiantes de la UJED acerca de los "Alimentos funcionales", también conocidos como suplementos alimenticios, porque no son medicamentos, sino que refuerzan la ingesta nutrimental.
Nuestro país no cuenta con disposiciones que regulen la distribución y publicidad, de ahí que únicamente se advierta a quienes los consumen que es "bajo su responsabilidad".
Paradójicamente, la mayor parte de los consumidores los compran por los efectos de la mercadotecnia.
Femenia señaló que el consumo de alimentos funcionales ha registrado un aumento exponencial en los últimos 15 años, después de su surgimiento en Japón, en 1980.
Actualmente existen más de dos mil tipos; de acuerdo con la FAO, un alimento funcional se consume como parte de la dieta normal y contiene componentes biológicamente activos (antioxidantes, prebióticos, lípidos, probióticos, vitaminas, minerales y fibra alimentaria) que aumentan la salud o reducen el riesgo de enfermedades.
El especialista en el tema de fibra alimentaria señaló que diferentes instancias deben intervenir en una regulación efectiva.
ANTONI FEMENIA
Investigador de la UIB