Trayectoria. Manuel Espino, ex dirigente del PAN.
Con el PAN bajo la dirigencia de Manuel Espino, Felipe Calderón llegó a la Presidencia de México. Hoy, su futuro en el partido pende de un hilo y él señala al propio presidente de promover su expulsión.
El duranguense se reconoce como "bravucón". Acepta que defiende sus puntos de vista con vehemencia, y tal vez por ello sus críticas al partido y a las decisiones presidenciales se han hecho más y más acres con los meses.
De las alianzas electorales con el PRD dijo que fueron parte de una "espiral de desesperación" ante las derrotas de 2008. A la 'guerra contra el narcotráfico' emprendida por el presidente la ha calificado de 'suicida' e 'inútil'; todo ello, sumado a una postura crítica contra Acción Nacional le han valido un proceso de expulsión que está en marcha desde el pasado martes y al cual ha calificado como un "capricho" presidencial.
Hasta hoy, el caso permanece en la Comisión de Orden del Consejo Estatal de Sonora, a donde pertenece su militancia, pero Espino -vehemente, tal y como se como se define- defiende su lugar y afirma que sólo le ha exigido al Partido que se conduzca con apego a la democracia y a la libertad de expresión.
La sanción en proceso no le resta lo "azul" a sus convicciones políticas. El también presidente de la Organización Demócrata Cristiana de América afirma a El Siglo de Torreón que siempre será panista y descarta fundar un nuevo partido. "Yo ya tengo el mío y es Acción Nacional", afirma, aunque puede ese partido le abra la puerta trasera muy pronto.
¿Se ha vuelto usted el militante incómodo del PAN?
De ninguna manera.
Pero hay un proceso de expulsión en su contra...
Eso es distinto. Lo que ha incomodado en el PAN es que a los incongruentes se les exija congruencia. Que se reinstale la práctica democrática tradicional del partido, la libertad de expresión y el no imponerle decisiones a dirigencias estatales y municipales.
Yo he exigido que se reinstale la normalidad democrática y humanista que le mereció prestigio y credibilidad a Acción Nacional, y que se ha perdido por visiones caprichosas y autoritarias tanto, que la gente le ha dado la espalda en las urnas. Yo seguiré exigiendo congruencia y lamento que se incomoden.
¿Ha culpado usted directamente al presidente Felipe Calderón de este proceso?
No lo culpo. Yo sé que hace más de un año él pidió que se iniciara un proceso de expulsión. Lo señalaron personas que estuvieron en una reunión y que salieron de ahí preocupados porque a juicio de ellos, pretender expulsar a un presidente nacional que lo llevó a la Presidencia, que le reportó los más importantes resultados de toda la historia del PAN, les parecía complicado. No es culparlo. Simplemente sé que Felipe Calderón tuvo esa iniciativa, y que no habían podido terminar el dictamen porque no contaban con elementos de peso para promoverlo.
¿Qué opinión le merece que el proceso se haya quedado en manos del PAN de Sonora?
Se me hizo muy extraño. En Sonora es en donde hice una de mis mayores aportaciones como militante del PAN. Encabecé el rescate del partido, que estaba boicoteado por Manlio Fabio Beltrones. Quien me mandó a rescatarlo fue Felipe Calderón y le reporté excelentes resultados. Si no hubiéramos logrado aquello, hoy no seríamos Gobierno en Sonora.
Llegué a escuchar discursos donde el presidente me daba casi tratamiento de héroe partidista por lo que fui a hacer. Allá me jugué la vida, la seguridad de mis hijos; por eso se me hace extraño que a Sonora, donde más he hecho valer mis servicios como militante, le manden ahora la carta pesada de mi expulsión.
¿Le decepciona? ¿Le entristece?
Me decepcionan algunas personas empeñadas en este atropello. El PAN siempre fue respetuoso de la opinión de sus militantes. Abrió puertas al debate y a mí se me han cancelado. Sí me duele esta mutación de la esencia del PAN, pero creo que no es el partido. Son algunos dirigentes que en posiciones privilegiadas toman decisiones que atropellan a los militantes.
Hacia afuera, el PAN se ha visto como un partido donde hay disciplina, y usted, a mediados de este año, calificó las alianzas con el PRD de 'acciones desesperadas' y criticó fuertemente la 'guerra contra el narco'.
El reclamar las acciones antidemocráticas no es indisciplina. Cuando yo fui presidente del partido, Germán Martínez llegó a decir que yo era de los "meones de agua bendita" y nunca fui a lloriquear, ni toqué las puertas de la Comisión de Orden. Respetaba la opinión.
Ésa sí era indisciplina y yo la toleré porque no me parece correcto que se ponga una ley mordaza en un partido político que se precia de ser humanista y defensor de los derechos humanos. No hay punto de comparación. Yo me apellido Espino. No me apellido Nava, no me apellido Martínez, ni me apellido Calderón.
Dijo usted en Twitter que pese a todo seguirá siendo panista. ¿Se sostiene?
Claro. Porque yo a diferencia de algunos de ellos, me hice panista por convicción, no por tradición familiar o por conveniencia, de manera que si me expulsan, lo más que pueden hacer es borrar mi nombre del padrón de militantes, pero mis convicciones están grabadas en el alma.
¿Descarta entonces fundar un partido propio?
Lo he descartado siempre. Yo no busco un partido. Ya tengo el mío que es el PAN.
Pero sí contempla contender por la Presidencia...
Esa posibilidad la voy a explorar a sugerencia de muchos. Y la voy a buscar por el PAN si es que decido participar en ese proceso.
