El campeón mundial supermosca FIB, Cristian Mijares, salió lastimado de su ceja derecha pero no tendrá mayor consecuencia. (Ramón Sotomayor C.)
Torreón, Coah.- Disfrutó dos años como campeón mundial supermosca CMB y AMB, pero luego tuvo que soportar 25 meses sin serlo, por lo que Cristian Mijares valorará cuidadosamente el cinturón que le arrebató el pasado sábado al nayarita "Topo" Rosas.
El "Diamante Lagunero" confirmó por otro lado, que no requirió puntos de sutura la herida en su ceja derecha, producto de un cabezazo de su recio rival a la altura del décimo capítulo.
"Me mantuve en la gloria por más de dos años, perdí piso y, por lógica, fui destronado. Ahora no me pasará lo mismo y cuidaré todos los detalles al máximo, es feo pasar en el boxeo de forma desapercibida".
Mijares tuvo ayer una reunión familiar para festejar a su mamá Lupita, en el día de las Guadalupes, en la celebración de la Virgen del Tepeyac, por lo que la alegría fue doble.
De la pelea, el flamante monarca supermosca de la Federación Internacional de Boxeo (FIB) dijo que fue intensa ante un duro adversario, que le aguantó en los primeros rounds combinaciones y ganchos al hígado, pero en base a una extraordinaria preparación y mejor técnica pudo salir con el puño en alto ante su afición, con la que estaba en deuda, luego que en su primer combate ante el venezolano Nehomar Cermeño no pudo acreditarse la faja gallo de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB).
"Salí a fajarme, le conecté buenos golpes, pero nunca retrocedió y tuve que boxearlo, por la misma intensidad de la pelea se fue con todo al frente, aunque nunca pudo lastimarme con algún golpe".
El lagunero comentó que descansará algunos días al lado de su familia y amigos, pero viajará a la Ciudad de México para entrevistarse con su promotor Jorge Kahwagi, con quien definirá su primera defensa, de la cual espera sean varias, sin ocultar su deseo que en los próximos años brinque de nueva cuenta a la división de los gallos.
Respecto a la categoría de las 118 libras, comentó el gran triunfo de su paisano Abner Mares sobre uno de sus verdugos, el armenio nacionalizado australiano, Vic Darchinyan.
"Luego de mi pelea llegué a casa y alcancé a ver los últimos cuatro rounds de esa pelea que resultó trepidante, me puse contento con el triunfo de Abner, incluso me emocioné más con ese combate que con el mío, fue muy buena", finalizó.