Protesta. Un grupo de mujeres protesta por el término de los empleos de emergencia creados tras el terremoto del 28 de febrero.
Las 33 mujeres que se encerraron el martes en una antigua mina de carbón del sur de Chile, en protesta por el término de los empleos de emergencia creados tras el terremoto del pasado febrero, iniciaron una huelga de hambre, informaron portavoces del grupo.
Las mujeres, que permanecen en el sector denominado "Chiflón del Diablo" de las minas de carbón de Lota, a 545 kilómetros de Santiago, se abstendrán por ahora sólo de ingerir alimentos sólidos, pero si sus demandas no son escuchadas también dejarán de ingerir agua.
Así lo señaló a los periodistas Jorge Orellana, uno de los portavoces del grupo, tras descender ayer al socavón donde están las mujeres y conversar con ellas.
Las mujeres demandan dialogar con el arzobispo católico de Concepción, Ricardo Ezzati, y con la intendenta (gobernadora) del Biobío, Jacqueline van Rysselbergue, con el fin de que se repongan los empleos de emergencia mediante su incorporación a la Ley de Presupuesto del año 2011.
Sin embargo, fue el vicario del Arzobispado de Concepción, José Cartes, quien visitó a las manifestantes para asegurarles que Ezzati tratará de alcanzar una solución al conflicto.
"Él (Ezzati) me ha dicho que ha tomado conocimiento con todas las personas y está viendo y gestionando la posible solución de esto", dijo Cartes.
En las afueras de la mina, decenas de personas se manifestaban ayer, igual que anteayer, en apoyo a las manifestantes.
Las trabajadoras decidieron que 33 de ellas se encerraran en "El Chiflón del Diablo", como una forma de pedir al Gobierno que les preste la misma atención que a los 33 mineros rescatados tras permanecer 70 días atrapados a 700 metros de profundidad en la norteña región de Atacama.
Las mujeres formaban parte de un programa que administra el Cuerpo Militar del Trabajo (CMT), del Ejército e integrado dentro del plan de empleos de emergencia implementado por el Gobierno tras el terremoto.
El programa concluyó el pasado 4 de noviembre en las regiones del Maule y Biobío y dejó a 8,000 personas desempleadas, aunque previamente había dejado ya desempleadas a otras 9,500 personas en la región de O'Higgins.
