Misa religiosa. El minero Jorge Galleguillos, uno de los 33 trabajadores que estuvieron atrapados en el yacimiento San José, toma una bandera de Chile marcada con su nombre.
Trece de los 33 mineros que fueron rescatados la semana pasada regresaron a la mina donde permanecieron atrapados 70 días, para asistir a una misa, pero se encontraron con una manifestación de sus ex compañeros de faena, quienes reclaman el pago de sus finiquitos.
En el lugar, a 40 kilómetros al este de la ciudad norteña de Copiapó, en pleno desierto de Atacama, cuando estaba por iniciar la misa de acción de gracias organizada por las autoridades de la zona y familiares de los mineros rescatados, los manifestantes sacaron pancartas y amenazaron con tomarse el campamento "Esperanza".
"(Presidente Sebastián) Piñera para el show", "70 días sin trabajo y sin dinero", "Refugio Esperanza, los desamparados", "San Esteban (el nombre de la Compañía dueña de la veta), no somos 33, somos 300", se podía leer en algunos de los carteles que portaban los mineros que tras el derrumbe en el yacimiento San José quedaron sin su fuente laboral.
La dirigente sindical, Evelyn Olmos, se mostró muy molesta y señaló que se les excluye "hasta para entrar a una misa. No es digno", añadió. Otro dirigente del sindicato y presidente de la Central Unitaria del Trabajo provincial, Javier Castillo, recordó que el 10 de agosto, a cinco días del derrumbe y cuando se desconocía el estado de los mineros atrapados "hubo voluntad para hacer una misa para todos".
"Hoy, cuando fueron rescatados con vida y cuando el rescate se transforma en un negocio, los blindan en una misa. "Es fuerte, es doloroso, son nuestros compañeros", dijo Castillo.
El dirigente afirmó: "aquí nadie tiene plata para pagar nuestros finiquitos. Tienen dinero para la parafernalia, pero no para pagar los sueldos de los trabajadores".
Jimmy Sánchez, de 19 años, el minero más joven de los rescatados, fue uno de los que abandonó por un momento el oficio religioso para hablar con sus ex compañeros de faena, a quienes prometió ayuda.
La misa, que se llevó a cabo en un lugar apartado de los periodistas y de las personas que no correspondían a familiares de los mineros, estuvo a cargo del obispo de Valparaíso, monseñor Gonzalo Duarte, en su calidad de vicepresidente de la Conferencia Episcopal de Chile.
La llegada de los mineros que se atrevieron a llegar a la zona fue "caótica", debido al acoso de la prensa, por lo que Carabineros decidió trasladarlos en un vehículo policial hasta el lugar donde se realizó la ceremonia ecuménica.
El minero Daniel Herrera, de 37 años, conocido como el "osito gominolas" porque es un regalón (mimado) de su madre y fanático del Audax Italiano, dijo que volver al lugar de la odisea le causaba mucho dolor.
"Mucho dolor al recordar todo lo que vivimos adentro, fuerte ver el sufrimiento de los familiares afuera, e imaginarse todo lo que pasaron ellos y nosotros", manifestó.
El primero en llegar al yacimiento fue Juan Aguilar, quién ocupó el lugar número 29 en el orden de salida desde los 700 metros de profundidad donde estaban atrapados.
Más tarde, y escoltados por Carabineros, llegaron Luis Urzúa, Darío Segovia, Alex Vega, Daniel Herrera, Pablo Rojas, Jimmy Sánchez, Esteban Rojas, Jorge Galleguillos, Juan Illanes, Mario Gómez, Claudio Yáñez y el boliviano Carlos Mamani.
Al término de la ceremonia religiosa, los familiares comenzaron a desmontar las carpas y llevarse las cosas que habían dejado en el lugar para que los mineros rescatados tuvieran oportunidad de conocer cómo sus familias vivieron en el lugar durante 70 días.
En tanto, el ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter, confirmó este domingo que la cápsula "Fénix 2" utilizada en el rescate de los 33 mineros atrapados en el yacimiento San José, se exhibirá en la Plaza de la Ciudadanía, frente al Palacio de La Moneda.
Se convierte en héroe
Yonni Barrios, el 'minero infiel', a quien esperaban en la superficie de la tierra una esposa legal y otra mujer con la que convivía desde hace años, se ha convertido en el héroe de miles de chilenos que lo aclaman como un "grande" del amor. Su historia, objeto de la crónica en medio de la epopeya del rescate de los 33 mineros atrapados en una mina del norte chileno, lo colocó en el centro de la curiosidad pública, conocido en todo el mundo y hasta personaje en las redes sociales.
La constatación de la situación sentimental del minero se produjo tras la presencia en el Campamento Esperanza, sobre el yacimiento donde Yonni se encontraba sepultado a 700 metros de profundidad, de su esposa, Marta Salinas, y de su actual pareja, Susana Valenzuela. Salinas podía certificar que ella llevaba 28 años casada con Barrios, mostrando la documentación legal, en cambio Susana Valenzuela, la "sucursal" en el lenguaje popular local, aseguraba que los papeles del Registro Civil no sirven de nada cuando se trata del amor.