Rinko Kinoshita, ex becaria de buena voluntad, pone a buen uso el título en salud pública que obtuvo gracias a Rotary, asistiendo a la población de la República Democrática del Congo, donde en el año 2008 más de 250 mil personas fueron desplazadas como resultado del conflicto entre fuerzas rebeldes y el ejército congolés.
En el poblado fronterizo de Goma, Kinoshita, colabora con la UNICEF, para ayudar a quienes huyen del conflicto, mediante programas para la salud materno-infantil, suministro de agua potable y saneamiento, y protección a la infancia. Kinoshita, tiende su mano tanto a mujeres como a niños, incluidos los huérfanos y los soldados niños, contribuyendo a mejorar el servicio que prestan la UNICEF y su personal de campo.
Kinoshita se inició en el campo de la salud como partera en su nativo Japón, y obtuvo una beca de Buena Voluntad, gracias a la cual cursó estudios en la University of North Carolina, en Chapel Hill, E.U.A., donde obtuvo una maestría en el año 2003.
Kinoshita, afirma que sin Rotary no hubiera podido alcanzar sus logros. Gracias a una pasantía en la referida universidad pudo viajar al África a trabajar con la entidad: "Save the Children in Malawi", en el marco de un proyecto para combatir la mortalidad neonatal. Acto seguido, se desplazó a Kinshasa, en la República Democrática del Congo, a efectos de encargarse de un programa de investigación de la Universidad de North Carolina, para evaluar las intervenciones contra el VIH-SIDA y el Paludismo en las mujeres embarazadas.
En otro proyecto examinó los efectos de impartir cursos sobre mortalidad neonatal a las parteras, teniendo en cuenta que en algunas regiones del Congo, el 65 por ciento de los bebés nacen sin ayuda de parteras capacitadas.
"Lo que me ha motivado a permanecer en este país es la posibilidad de lograr un cambio tangible por pequeño que sea, - explica Kinoshita-. Quiero asegurarme de que mi trabajo ayuda a mejorar la salud y las condiciones de vida de la gente".
Las becas de Buena Voluntad son parte de los programas sobre desarrollo humano de la Fundación Rotaria Internacional, con las que se contribuye a que el mundo sea un mejor lugar para vivir y educa a jóvenes en el servicio a sus semejantes.
Cooperar con los programas de la Fundación Rotaria en cualquiera de sus acepciones es contribuir con toda seguridad a mejorar las condiciones para la paz en el mundo.
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