La nieve ha empezado a derretirse, y baja de las alturas de la sierra en hilos que brillan
a la luz del sol.
Esa agua que llegó del cielo y baja ahora por la montaña habrá de alimentar los senos de la tierra. De esos senos se alimentarán luego la semilla y la raíz del árbol. Y de esa agua estarán hechos el trigo y la manzana.
Yo voy por el camino que lleva a las labores, y miro allá a lo lejos la blancura nevada de la cumbre, y la plata del agua que desciende. Ver eso es lo mismo que contemplar una maravilla.
La próxima vez que mire la montaña, su altura ya no tendrá nieve, pero la hondura de la tierra estará llena con agua de la vida. Va y viene el agua; viene y va la vida; y en ese ritmo voy también; hondura ahora, altura después, como la tierra, como el agua.
¡Hasta mañana!...