Dijo Adán al Creador:
- Señor: quiero que me des algo que pueda yo usar para mi bien, y para el bien de los demás. Algo que me permita hacer muchas cosas, lo mismo en beneficio de mi cuerpo que para provecho de mi espíritu. Algo que me permita acercarme a la justicia, a la belleza, a la verdad. Quiero que me des algo para buscar el amor, y ese otro regalo de los hombres que se llama la amistad. Quiero algo para poder contemplar este mundo maravilloso que Tú creaste, y para hacer algo en él que lo deje mejor de como estaba antes de que llegara yo. Dame algo, en fin, Señor, para buscarte a Ti.
Se quedó pensativo el Creador. ¿Qué podría darle a Adán que le sirviera para lograr todo eso?
Al cabo de un rato se le iluminó el rostro.
Y entonces le dio al hombre un día de 24 horas.
¡Hasta mañana!..