Un cuento antiguo habla del hombre que tuvo un disgusto con su sastre porque no terminó de hacerle un traje en el tiempo convenido. El zurcidor le dijo:
-Necesito otras dos semanas para que el traje salga bien.
-¿Dos semanas más? -exclamó el hombre-. ¡En sólo seis días Dios creó el mundo!
Replicó el sastre:
-Y ya ve cómo le salió.
La verdad es que le salió perfecto. Los humanos, sin embargo, hemos puesto en él nuestras imperfecciones, y así lo hemos dañado. Sin nosotros la tierra sería otra vez un paraíso.
Todo es sagrado sobre la faz del mundo. Deberíamos vivir en él como en un templo.
¡Hasta mañana!..