Dios hizo al hombre.
Lo hizo del barro de la tierra. Con eso quiso darle la santa virtud de la humildad.
Pasó el tiempo, y un día el Espíritu le dijo al Hacedor:
-He oído decir por ahí que hiciste al hombre a tu imagen y semejanza.
Respondió el Creador:
-No es así. Tú sabes bien que yo no tengo imagen ni semejanza algunas.
-Entonces -preguntó el Espíritu- ¿por qué anda circulando ese rumor?
Contestó el Señor con tristeza:
-La cosa es al revés: el hombre me hizo a mí a su imagen y semejanza.
¡Hasta mañana!..