San Dariel es un santo de quien muy pocos han oído hablar.
Se retiró al desierto, y ahí dedicó su vida al trabajo y la oración. Cuando trabajaba decía: "Estoy orando", y cuando oraba decía: "Estoy trabajando".
Un día le llegó al santo el de la muerte.
De muchos lugares comarcanos llegó gente que lo veneraba. Al ver que iba a morir todos empezaron a llorar. En cambio San Dariel se puso a reír.
-¿De qué te ríes? -le preguntaron.
Respondió el santo:
-Río porque ustedes le temen a la muerte, y la muerte es vida eterna. Y río porque piensan que la muerte es despedida, y en verdad es la llegada al sitio donde no habrá ya despedidas nunca más.
¡Hasta mañana!..