Esta gran ave se llama Fregata magnificens. Tijereta de mar, o rabihorcado, le dicen los marinos. Nadie jamás la ha visto en tierra, ni hay noticias de alguno que la haya mirado posándose en el agua. Sólo ha sido observada en vuelo majestuoso que nunca cesa ni de día ni de noche, ni en tiempo calmo ni entre la tempestad.
Se dice que así, volando, duerme, y se dice también que así, volando, se aparea. Una vez, sólo una vez, yo vi un ejemplar en vuelo solitario: era como una fragata silenciosa que cruzara el océano del cielo.
Un pensamiento se me ocurrió al mirarla: si al hacer el amor aquí en la tierra los hombres nos sentimos en el cielo, esta ave magnífica que hace el amor en el cielo, al hacerlo ¿dónde se sentirá?
¡Hasta mañana!...
