Jean Cusset, ateo siempre con excepción de la vez que conoció a un verdadero ateo, dio otro sorbo a su martini -con dos aceitunas, como siempre- y continuó.
- Se ha dicho que la fe sin obras está muerta. Pero el amor sin obras está muerto también. "Obras son amores'', dice el pueblo. Y dice la verdad.
- Es muy fácil amar a la Humanidad, así, en abstracto -siguió diciendo Jean Cusset-. Lo difícil es amar a los hombres en concreto: a este hombre; a aquél. A veces huelen mal, y son ingratos siempre. Sin embargo debemos tratarlos con amor, sean como sean. De otra manera el amor sería solamente una palabra.
- El bien -concluyó-, es el amor que se ha levantado las mangas y se ha puesto a trabajar.
Así dijo Jean Cusset. Y dio el último sorbo a su martini. Con dos aceitunas, como siempre.
¡Hasta mañana!..