Caperucita Roja le dijo a su abuelita:
-¡Qué ojos tan grandes tienes!
No respondió la abuela.
Le dijo luego Caperucita:
-¡Qué orejas tan grandes tienes!
La abuela calló.
Le dijo en seguida la pequeña:
-¡Qué boca tan grande tienes!
La abuela mantuvo su silencio. Sin embargo pensó llena de resentimiento:
-Esta maldita chiquilla de seguro va a ser crítica de arte.
¡Hasta mañana!..