Una lechuza ronda nuestra casa de Ábrego. Por las noches se posa en el ocal que crece frente al huerto. (Esa palabra, "ocal", es una abreviatura de "ocalito", deformación a su vez de "eucalipto").
En una rama alta del alto árbol la lechuza repite su monótono "Uh, uh". A la gente del rancho esa canción le suena a amenaza. Yo la oigo como un lamento de melancolía.
Compadezco a esta criatura de la noche, tan calumniada, y por lo mismo tan temida. O tan temida, y por lo mismo tan calumniada. Dicen que es una bruja con vestido de ave; y que su canto anuncia la desgracia.
Yo no lo creo, y en el silencio nocturno, apagadas todas las luces de la casa, escucho el dolorido "Uh, uh". Triste, muy triste es la canción. Y a mí me gustan las canciones tristes.
¡Hasta mañana!..