"No se oía ni el vuelo de una mosca".
El crítico empleaba siempre esa frase -"muy poco original", dijo otro crítico- para describir el silencio de una reunión.
Cierto día una mosca se coló en un recinto donde se hallaba el crítico. En medio del absoluto silencio que reinaba ahí, el crítico alcanzó a oír -nadie más lo escuchó- el vuelo de la mosca. Al día siguiente el crítico escribió:
- La reunión fue muy ruidosa.
De este relato saco una conclusión: para que una reunión sea verdaderamente silenciosa, debe escucharse en ella el vuelo de una mosca.
¡Hasta mañana!..