En un baile de sociedad, la presuntuosa dama le preguntó a aquel hombre de modales rústicos quién había sido su abuelo.
-No sé quién fue mi abuelo respondió él-. Me preocupa más saber quién será mi nieto.
Sabia respuesta ésa. En efecto, nada podemos hacer en relación con quienes fueron nuestros antepasados, pero nos corresponde la educación de nuestros hijos, y ellos influirán definitivamente sobre nuestros nietos.
Más que el pasado ha de preocuparnos -y ocuparnos- el futuro.
Al menos eso desprendo yo de la respuesta dada por aquel hombre de modales rústicos que se llamaba Abraham Lincoln.
¡Hasta mañana!...