Malbéne nunca deja de sorprender a sus constantes críticos. En un artículo para la revista "Geist und Leben" escribió esto:
"... En un supermercado veo más la presencia de Dios que en una iglesia. Todo lo que en un templo hay es obra humana: el altar; las bóvedas; los muros... En cambio, lo que se ve en un súper es obra de Dios: las cebollas, los tomates, las lechugas...".
Después de esa travesura teológica Malbéne añade con más formalidad:
"... Con esto no quiero profanar los espacios sagrados: quiero señalar lo que de sagrado hay aun en lo profano. Debemos aprender a hallar a Dios hasta en un supermercado...".
Dudo que las palabras del polémico escritor merezcan la aprobación de las autoridades eclesiales, pero estoy seguro de que nos moverán a reflexión.
¡Hasta mañana!..