De un anciano se dice: "Los años lo han vencido".
Yo digo que el anciano ha vencido a los años. Los años han pasado, y él todavía está. Ha vencido también las enfermedades, los golpes de la vida, y las mil calamidades que -dijo Shakespeare- constituyen la herencia de la carne.
En cada anciano, por quebrantado que esté, hemos de ver a un vencedor. Su fatiga es la del combatiente que ha librado una larga pelea y la ha ganado. Mientras más años tenga, mayor es su victoria, porque más largo ha sido su combate.
Sintamos admiración por los ancianos.
Cada uno de ellos es un vencedor.
¡Hasta mañana!..