Hu-Ssong fue por arroz a una aldea lejana.
Tres días caminó, de sol a sol, para llegar ahí.
Cuando estuvo de vuelta abrió el saco que le había vendido el comerciante. El arroz estaba lleno de hormigas.
Hu-Ssong no dijo nada. Cerró el saco, se lo echó a la espalda, y emprendió otra vez el camino a la remota aldea.
Dijeron sus discípulos:
-Va a devolverle el arroz al comerciante.
Y respondió Hu-Ssong:
-No. Llevo a estas hormiguitas de regreso a su casa.
¡Hasta mañana!..